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jueves, 19 de enero de 2012

Temas en Werther

1. Lee la carta del 24 de diciembre y extrae toda la información que puedas acerca de la posición social de Werther, así como de sus preferencias. Subraya algunos pasajes de ese mismo texto que apoyen, con ejemplos, las afirmaciones que se hacen en el desarrollo del tema, el cual puedes leer a continuación.

Sociedad ("¡Oh, si fuera príncipe! Diría a la mujer del cura, al alcalde y al administrador… ¡Príncipe! ¡Bah! Si yo fuera príncipe, ¿qué me importarían los árboles de mi país?" V. 15 de septiembre, P.117)

El joven romántico que es Werther no sólo padece de amor: es un alma solitaria en una sociedad que no le gusta. Le molestan las relaciones burguesas, la burocracia, el ceremonial, y, rebelde, libre y orgulloso, se opone al servilismo y al envilecimiento, lo que le cuesta la destitución de su cargo. A las penas del joven Werther se añade un descontento hacia el ambiente que le rodea, donde hombres cautos y falsos tienen la mayor preponderancia. (V. 20 de julio) Werther es feliz en el retiro de su cabaña; muy rusoniano, suele esconderse para gozar de la soledad elegida libremente y confundirse con la naturaleza. El individuo descontento de la sociedad, el joven sensible, anhela más que nunca ser comprendido por alguien; de ahí la fuerza con que se entrega a la pasión del amor. El éxito fulminante de Werther (1776) se debe precisamente a que Goethe reflejaba en este intenso librito las preocupaciones y sentimientos de muchos de sus contemporáneos. El hastío de la vida, el tedio vital, la desesperación que ahonda en el alma de Werther no sólo provienen de un amor desgraciado, sino de un descontento general que sentía la juventud alemana por entonces. Goethe mismo se encontró en tal estado, y en Poesía y verdad, al comentar la génesis de Werther, dice: "En semejante elemento, en tal ambiente, ocupados en estudios y aficiones de este género, atormentados por pasiones no satisfechas sin que de fuera recibiésemos fuertes impulsos de acción, con la única perspectiva de acomodarnos a una vida burguesa, lenta y sin espíritu, disgustados y desconcertados, nos aveníamos con el pensamiento de poder abandonar a nuestro arbitrio la vida cuando ya no nos satisficiese".




Razón <=> Pasión. ("Su exterior tranquilo hace un contraste muy marcado con mi carácter turbulento, que en vano me gustaría ocultar". 12 de agosto. 69)



El hombre razonable y el hombre apasionado están en los dos polos opuestos. Alberto, el prometido y esposo de Carlota, es el hombre razonable, moderado, reflexivo, que a veces adolece de falta de sensibilidad:
"Este Alberto es tan meticuloso, que cuando cree haber dicho algo atrevido, absoluto, casi un axioma, no deja de limitar, modificar, quitar y agregar hasta que desaparece todo lo que ha dicho" (V. 12 de agosto). Desde el punto de vista de Alberto, Werther aparece como un insensato, embriagado por el delirio de sus pasiones, como un loco dominado por una furiosa e infinita pasión. Werther es el joven impulsivo que habla con ardor y cuya sangre corre más rápida por sus venas que la del hombre reflexivo. Si el lector adopta el punto de vista del hombre razonable, se asustará con los gestos wertherianos; pero si comprende a Werther encontrará vulgar y fría la figura de Alberto.

(V. 30 de julio: "¡vayan al diablo los razonadores! Vago por los bosques y cuando llego a casa de Carlota y veo a Alberto sentado a su lado, entre el follaje del jardín, y tengo que controlarme, me vuelvo loco y hago mil necedades. 65)
2. Escribe en tu cuaderno dos columnas en las que ordenes estos elementos, oponiéndolos de dos en dos: Alberto, pasiones, Romanticismo, subconsciente, Matemáticas, Werther, Neoclasicismo, neocórtex, delirio, meticulosidad.
3. Menciona dos personajes del libro con los que Werther tiene conflictos por causa de su modo de ser, tal y como se acaba de describir.

Personalidad ("¡Ah! Si fuera más superficial, sería el hombre más feliz del mundo. Otros, pobres de fuerza y de talento se pavonean delante de mí con aire de suficiencia y yo me desespero de mis energías y de mis dotes. Tú, Señor, que me has dado todos estos bienes, ¿por qué no me negaste la mitad, para concederme la confianza y la satisfacción de mí mismo? ")

En la novela se perfilan diferentes rasgos del carácter del joven romántico, dibujando el mapa de una personalidad que puede definirse genéricamente como "pasional" frente a lo "racional": Werther defiende con frecuencia el buen humor (
1) y la pureza del corazón y de las costumbres, así como la vehemencia en las acciones y sentimientos. En muchas ocasiones, tal vehemencia y sensibilidad llega a rozar lo ridículo, sin que Werther se moleste en ocultarlo (V. 6 de julio: Werther, emocionado ante la bondad de una niña, no supo... (2) (V. tb. 18 de julio, donde Werther pide a Guillermo que no se ría de él). En otras muchas ocasiones, el personaje hace referencias a lo ridículo de su situación y de su actitud, casi complaciéndose en ello, como admitiendo que lo sentimental a veces no resulta muy digno; pero la sinceridad frente a sí mismo y el dolor que subyace le impiden preocuparse por las apariencias: (3)


La extrema sensibilidad del personaje
lo lleva a veces relacionarse con la locura y con la ebriedad: (4)


  • "hacer otra cosa que besarla con tanta efusión que ésta comenzó a gritar y llorar"
  • "¡Pasión! ¡Embriaguez! ¡Demencia! [...] Más de una vez he estado ebrio; más de una vez me han puesto mis pasiones al borde de la locura, y no lo siento; porque he aprendido que siempre se ha dado el nombre de beodo o insensato a todos los hombres extraordinarios que han hecho algo grande, algo que parecía imposible"
  • "Se predica contra muchos vicios, pero nunca he oído a alguien decir que se predicara desde el púlpito contra el mal humor". V. 1 de julio
  • "nunca se ha imaginado nada tan ridículo como nuestra situación y, sin embargo, a veces las lágrimas humedecen mis ojos" (10 agosto); "Me río de mi corazón, y hago todo lo que me manda" (18 de julio)

4. Sitúa las citas anteriores en el texto relacionando cada una con uno de los números entre paréntesis.

Extrae del texto anterior todos los adjetivos que se relacionen con el carácter y escríbelos junto con el sustantivo que les corresponda. A continuación, realiza la misma operación con los sustantivos que halles, apuntando los adjetivos derivados de ellos.

  • Ej: pasional-> Pasión


Amor ("Es muy cierto que sólo el amor hace que el hombre necesite de sus semejantes. " V. 15 de agosto. P. 74)
Dice Carmen Villasante que para leer Werther hay que haber amado: sólo comprenderá quien haya sentido. Un corazón sensible, un corazón ardiente, un corazón inquieto y oprimido, desbordante de pasión, se nos revela con toda su espléndida belleza en las páginas de un diario que comienza en el mes de mayo, en toda la plenitud primaveral. El joven héroe - porque es un héroe del sentimiento- todavía llora la muerte de su amiga cuando conoce a Carlota y se enamora de ella. Así le sucedía a Romeo cuando conoció a Julieta: aún convalecía de un amor perdido.. (V ej. 5) Y es que parece haber una especial predisposición al amor en algunas naturalezas humanas; una gran capacidad de amar, una especie de estado permanente de enamoramiento que da lugar al nacimiento de grandes pasiones.
En el Romanticismo, tales naturalezas ardientes eran consideradas como seres superiores, como "almas bellas", ennoblecidas por el sentimiento. Una nueva sensibilidad enriquecía al hombre frente a los excesos del cerebralismo filosófico y de una sabiduría paralizadora. Cuando Werther exclama: "¡Ay, lo que yo sé, todos pueden saberlo!... ¡Sólo mi corazón es mío!" está proclamando un individualismo cordial: frente al ser que piensa, el ser que ama. (V. ej. 6)

La teoría de la superioridad del hombre apasionado es puramente romántica. El que ama, nos dirá Goethe, se siente casi un dios en su influyente plenitud, y todo cobra sentido a través del amor. La infinita pasión, la vehemencia del temperamento, enriquece al ser humano.
"¿Qué es para nuestro corazón el mundo sin amor?", escribe Werther en su diario; y vuelve a repetir al amigo confidente: " Es cierto, sin embargo, que no hay en el mundo cosa que más necesite el hombre que el amor". De ahí que Werther sea una figura desmesurada, que ha estado muy próxima a la felicidad y que se encuentra, de pronto, criatura solitaria, sumergida en el dolor.

Las pequeñas anécdotas del Werther no son superfluas: son la urdimbre sobre la que destaca la gran pasión, el fondo idílico que hubiera servido de marco al amor correspondido y que servirá de contraste a la desgracia. Werther no es el único amador. Su caso se repite, pues la pasión no es, en modo alguno, invención poética; es propia de los cultos y de los incultos, y se enseñorea de todos (V. penúltimo párrafo del 4 de septiembre). La historia sencilla de un mozo enamorado de una señora viuda es como una modesta vida paralela del propio Werther, que le sirve de espejo y dice a los lectores que tanto entre los humildes como entre los altos la pasión es poderosa. Los tristes presagios del mozo campesino anuncian el final catastrófico de Werther. (V. ej. 7)

Carlota, desde aquella primera aparición con su sencillo traje blanco con lazos de un rojo pálido, es el bello ideal femenino del Romanticismo. Es la mujer natural, espontánea, sencilla; la mujer-madre, y el papel que desempeñan los niños en torno a ella es el de cupidos, pequeños amorcillos nupciales. Esos niños encantadores a los que besa Werther y que transmiten el beso a Carlota son como pequeños mensajeros amorosos. Hay un simbolismo inconsciente: Werther y Carlota, rodeada de sus hermanitos, que podrían ser sus hijos, son la imagen anticipada de una felicidad que se hace imposible. (V. ej. 8) Werther y Carlota forman esa pareja perfecta que por muy poco no se puede realizar; sólo por una promesa hecha a destiempo, por una indecisión inoportuna, pero que marca toda una vida.

Cuando Werther y Carlota, en aquella maravillosa entrevista final, cumbre de todo el libro, con apasionada turbación, tratando de conservar la serenidad, se confiesan sin palabras su pasión, es ya demasiado tarde. Si beben ardiente vida de sus labios y el fuego de sus abrazos hace que desaparezca ante ellos el mundo, el alma acongojada tiene que renunciar. Tremenda emoción la de esta sola vez. La romántica tormenta pasional ha estallado; en miradas espléndidas, fulgurantes, miradas que penetran hasta lo más hondo del corazón. (V. ej. 9)

5. Recuerda cómo se llamaba la amada de Romeo antes de que éste conociese a Julieta.

6. Explica qué quiere decir la frase:
"Una nueva sensibilidad enriquecía al hombre frente a los excesos del cerebralismo filosófico y de una sabiduría paralizadora". En cuanto a la expresion "individualismo cordial", es necesario conocer la etimología de la palabra "cordial" para entenderla: viene del lat. COR, CORDIS, que significa 'corazón'. ¿Se comprende ahora mejor esta expresión?

7.
Lee esta otra carta y encuentra los puntos en común que existan entre esta narración secundaria y la historia del propio Werther. Al final del libro, éste se referirá en estos términos al triste desenlace del trágico idilio:
Esta pasión, que encarna tanto amor y fidelidad, no es una ficción de poeta; vive, centellea en toda su pureza en estos hombre que apellidamos incultos y groseros; nosotros, gente civilizada hasta el punto de no ser ya nada.
Lee esta historia con recogimiento; te lo ruego. Yo, escribiéndote hoy estas cosas, estoy calmado, ya lo ves; ni me precipito ni me confundo como suelo hacer. Lee, querido Guillermo, y piensa bien que ésta es además la historia de tu amigo. Si, esto es lo que ha pasado; esto es lo que me ocurrirá a mí, que no tengo la mitad del valor y de la resolución de este pobre diablo, con el que apenas me atrevo a compararme
(4 de septiembre)

8. ¿Cuál es el ideal femenino para Werther? ¿Sigue vigente hoy día ese ideal? ¿Cómo sería su equivalente masculino? Imagina qué aspecto tendrían hoy día Werther y Carlota.

9. Localiza en el libro la escena a la que se hace referencia en esta ocasión.

10. Lee los fragmentos y resuelve las cuestiones que se plantean.


Religión ("...dijo que no se debía hacer creer nada a los niños; que estos abusos eran origen de errores y supersticiones innumerables[…] Entonces recordé que ocho días antes había hecho este charlatán bautizar a un niño; por lo cual [...] prevalecí fiel con todo mi corazón a esta verdad: “Es preciso actuar con los niños como actúa con nosotros el Señor, que nunca nos hace más felices que cuando nos deja embriagarnos con una agradable ilusión”)
Werther, a diferencia de otros personajes románticos (Don Juan, D. Álvaro) no llega a enfrentarse con la religión y con Dios: él, aunque con ciertas reticencias (V. 6 de julio. 56-7) que le hacen ser crítico con las creencias, aún respeta la Biblia. Hay que recordar que no todos los románticos fueron exaltados y, aún, que muchos de ellos, como nuestro José de Zorrilla en la mayoría de sus obras, vieron en la ortodoxia y el conservadurismo otra posible vía de escape al "mal du siècle".


Señala ejemplos de este fragmento que apoyen las afirmaciones anteriores.




Arte y naturaleza

Al atractivo de la historia personal que encierran Las penas del joven Werther se une el encanto de la poesía, de la música y de la naturaleza. Werther y Carlota comienzan a amarse con el recuerdo de un gran poeta, Klopstock, en una tarde irisada de lluvia, y terminan exaltados con la lectura de los cantos de Ossian, iluminados por la nocturna luz lunar.
Las melodías preferidas embellecen los momentos más líricos del sentimiento. Carlota al piano, tocando aquella música perturbadora, hace resonar las más íntimas vibraciones musicales del alma de Werther. La Música y la Literatura, en correspondencia con el sentimiento, dan a la pasión amorosa una fascinación difícilmente superable.
Cuánto más hermoso todo, si el protagonista dice, al ver amarillear el otoño, que el otoño está en él, y que el torrente de las montañas, y el Sol, la Luna y las estrellas se ciernen sobre su cabeza mientras nubes apresuradas pasan por el cielo, igual que los veloces pensamientos sobre su frente. "El afán de ver la Naturaleza en el arte llegó a hacerse en mí una pasión", dice Goethe.

El caso es que Arte y Naturaleza cobran sentido para el romántico en la medida en que se encuentran en consonancia con el alma del poeta, del genio, del artista, del hombre.
El hombre romántico, apenado, busca ecos a su propio espíritu en la soledad de los bosques, en la belleza de los paisajes idílicos (1___) y en los paisajes tempestuosos y embravecidos (2___). Por eso Werther exclama el 21 de agosto: (3___), identificando el entorno con sus propios sentimientos. Además de en la naturaleza, el romántico también encuentra sintonías de su propio espíritu en la Literatura y en las otras artes, siempre y cuando se trate de obras de verdaderos artistas por los que fluye el genio: (4___) dice Werther el 12 de octubre.

Si es verdad, como sigue afirmando el poeta, que la mayor dicha está en el anhelo, y que el verdadero anhelo sólo puede aspirar hacia algo inasequible, entonces Werther es el hombre representativo del sentimiento de Sehnsucht ("anhelo"). Su mirada hacia lo alto ansía perderse en la plenitud de lo infinito.

11. Las citas siguientes sirven para ilustrar algunas de las afirmaciones anteriores. Coloca cada cita en los paréntesis, junto al número que les corresponde:
"oía un rugido en los bosques y los montes, agitándose y confundiéndose todas estas fuerzas enigmáticas en las profundidades terrestres"

"Ossian ha desbancado a Homero en mi espíritu. ¡A qué mundo nos transportan los sublimes cantos de aquel poeta! ¡Vagar por los matorrales, aspirar el viento de tormenta..."

"¡Todo ha cambiado! ¡Todo se ha desvanecido! ¡Ni una sola señal de la naturaleza, ni un latido en mi corazón que me recuerde aquel día!"

"... el fértil valle y veía que todo germinaba con lozanía a mi alrededor; cuando veía estas montañas bordadas, desde la falda hasta la cima, de espesos y corpulentos árboles; estos valles salpicados de risueña floresta..."

12. ¿Qué instrumento musical toca Carlota? ¿A qué se dedica Werther? ¿A qué lugares de la Sierra llevarías a Werther y Carlota para que los conociesen? ¿Por qué?

13.
Investiga quiénes son Ossian y Klopstock y encuentra algún fragmento que nos sirva de ejemplo de las obras de ambos autores. ¿Qué diferencia fundamental hay entre ellos y Homero?



2 comentarios:

  1. Marta Cuevas Caballero24 de febrero de 2012, 10:45

    7 de febrero de 2012
    Hace tiempo, querido David, que me pedías, antes de mi corta ausencia, que te contara en una breve intervención mi pensamiento acerca del porqué de la vida. Esta noche, que me encuentro inspirada esperando la cena, he decidido hacerlo al estilo del protagonista de aquella obra del sentimental Goethe, que se dirigía a un amigo para hablarle de diversos temas, ¿recuerdas cómo se llamaba el libro...? Ah, sí, Las cuitas del joven Werther...
    Acabo de regresar de comprobar qué tal iba mi sándwich; es curioso cómo algo tan trivial, en este sentido, como el hambre, está presente incluso al hablarte de cosas de esta índole. Antes de empezara escribirte, quiero que sepas que realmente no tengo un parecer claro acerca de este tema, quizá por lo arduo y lo insondable de estos asuntos en contraste con la poca relevancia que luego tienen en nuestra vida diaria. Así es el significado de la vida, mi buen David: tan profundo, tan incomprensible, tan insignificante para nosotros sea cual sea, que nadie se lo plantea.
    ¿Cuál es el sentido de la vida? ¡Gracioso ingenio! ¿Y tú, mucho más versado que yo en estas artes de tinta y de pensamiento y más adelantado tu barco entre los escollos del océano tempestuoso de la existencia, me lo preguntas? Bien sabes, David, mi dificultad a la hora de expresarme en estos términos, aunque como al parecer suelo lograr siempre sobreponerme a ella y el resultado es bueno, optas después de todo por ponerme en este aprieto más literario de lo que esperabas...
    Soy de los que piensan que la vida es un gran misterio, como el significado por el que me preguntas. El milagro de la vida, lo llaman algunos. Y estoy de acuerdo. El de la vida grande, omnipotente… sencilla, la que al igual que su hermana la muerte no distingue entre ricos y pobres, entre afortunados y desdichados, si es que ¡oh misterio insondable! hay por ventura alguna forma concebible para nosotros de que esta dama caprichosa conozca nuestro sino o nos lo otorgue antes de hacernos partícipes de su grandeza. Me reprocharás mi lenguaje retórico, artificioso si quieres; recuerda que mi intención es hablarte como lo haría Werther...

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  2. Se ha hablado muchas veces, en relación con esto, del amor. El amor como el sentimiento más puro, el que dio y da origen a todo, clave y manantial de la vida, ente que soluciona todas las cosas. ¡El amor! ¡El amor que da la vida! ¿Y qué es de los amores irrealizables como el de Werther, que la arrebatan poco a poco, irremisiblemente, qué es de los amores no correspondidos, como...? Ah, disculpa mi vehemencia y no le des más importancia que a aquella propia de quien ha llegado a conocer este sufrimiento como a un viejo amigo. ¿Es el amor el sentido de la vida? No lo sé. Quizá, si lo fuera, el ser humano no sería tan mezquino, llevaría la caridad por bandera con sus semejantes y se lo pensaría dos veces antes de dirimir un conflicto con una solución que implique exterminar a millones de personas. El amor me parece al mismo tiempo el más y el menos probable de los significados de la vida. El más probable, porque puede que lo sea y nosotros no hayamos sabido entenderlo, o quizás porque sería hermoso que lo fuera. El menos probable, por la realidad, que siempre parece gritar enojada y dolorida lo contrario.
    ¿Y si la vida, tan grande y simple, sencillamente no tuviera sentido, David? Tal vez por eso éste no nos ha sido revelado ni podemos concebirlo: porque no existe. Intenta imaginar algo más allá de la Tierra que conocemos, del universo, de las estrellas más lejanas, intenta imaginar algo más allá, incluso, de Dios, que es, según para quién, una invención nuestra... Intenta, por un instante, concebir una realidad sin color, sin ningún color, una realidad... ¿invisible? ¡Oh prodigio! Eso también es inconcebible para nosotros, puesto que a través de lo invisible siempre se percibe lo que hay detrás, y ese algo también tiene color... ¿Y si el tiempo no existiera, David, y si la vida fuera toda un momento infinito, o casi, desde que nació hasta que se extinga?
    No puedo saberlo, no puedo asegurarlo. No tengo la respuesta, buen David, que me pedías. Te dejo, sin embargo, estas reflexiones. Espero que leas, interesado, mi carta una y otra vez, porque eso significará que te han servido. Con ello quedaré satisfecha...
    He de dejarte ahora, pero antes te ruego que disculpes el que te haya hecho esperar tanto tiempo sin noticias mías; el trabajo continuo que me encomiendan los embajadores de Sofía absorbe todo mi tiempo.
    Pero después de todo, ¿quién mejor que tú, querido David, que has sido como yo y ahora eres uno de ellos, para comprenderme?

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