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lunes, 14 de mayo de 2012

Salinger. El estilo del autor.



2. Salinger.

Jerome David Salinger (Nueva York, 1 de enero de 1919 – Cornish, Nuevo Hampshire, 27 de enero de 2010) fue un escritor estadounidense conocido principalmente por su novela El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye en inglés), que se convirtió en un clásico de la literatura moderna estadounidense casi desde el mismo momento de su publicación, en 1951. El autor falleció a los 91 años (en 2010) de causas naturales.

1. Responde a las preguntas leyendo el texto que verás a continuación:
  •  Cita algunas obras de Salinger, distinguiendo subgéneros narrativos.
  •  Encuentra algún detalle de su biografía que pueda haber sido relevante en su producción literaria.
  • Menciona sus preferencias literarias y busca en Internet información de los autores preferidos y denostados por él.
  • Explica cómo era el carácter del escritor estadounidense.


Salinger nació y creció en la ciudad de Nueva York. Cuando consiguió la fama internacional, en 1951, tenía 32 años de edad. Para entonces, ya llevaba más de diez años publicando relatos cortos y, finalmente, tras siete años tratando, sin mayor éxito, de entrar en la revista The New Yorker, había logrado convertirse en contribuyente habitual de la publicación, tras la aparición de su cuento “Un día perfecto para el pez banana” en enero de 1948. Hasta entonces, Salinger había logrado colocar hasta una veintena de relatos en una cantidad de revistas como Collier’s, Store, Saturday Evening Post y Esquire; además, había publicado dos capítulos de lo que posterior-
mente sería El guardián entre el centeno antes de alistarse como voluntario para combatir en la Segunda Guerra Mundial.
Participó en el desembarco aliado en Normandía (1944) como soldado de infantería y durante sus primeros meses en
Europa escribió algunos cuentos. Testigo de los horrores del combate, estos hechos le dejaron una profunda huella emocional e incluso estrés postraumático, lo que se percibe en algunos de sus relatos, especialmente Un día perfecto para el pez banana, sobre un ex soldado suicida, y también Para Esmé, con amor y sordidez, narrado por un soldado traumatizado.
Ya con un talante polémico e independiente, el soldado Salinger consideraba a Ernest Hemingway, a quien conoció en París, y a John Steinbeck escritores de segunda clase, reservando su admiración para Herman Melville.
En 1945, Salinger se casó con una médico francesa de nombre Sylvia, de la cual se divorció; en 1955 se casó con Claire Douglas, unión que concluyó también en divorcio en 1967, cuando se acentuó la reclusión del escritor en su mundo privado y su interés por el budismo zen.
Posteriormente, Salinger publicó las colecciones de relatos Nueve cuentos en 1953 (donde se incluyen los dos aludidos) y Franny y Zooey, en 1961; y en 1963 una colección de novelas cortas Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción, protagonizados por la disfuncional familia Glass. Las mentes ágiles y poderosas de hombres perturbados y la capacidad redentora que los niños tienen en las vidas de éstos es uno de los temas principales de las obras de Salinger.
Después de haber obtenido la fama y la notoriedad con El guardián entre el centeno, Salinger se convirtió en un eremita, apartándose del mundo exterior y protegiendo al máximo su privacidad. Se mudó de Nueva York a Cornish (New Hampshire), donde continuó escribiendo historias que nunca publicó.
Salinger ha intentado por todos los medios escapar de la exposición al público y de la atención del mismo. Cuando supo de la intención del escritor británico Iam Hamilton de publicar una biografía que incluía cartas que Salinger había escrito a amigos y a otros escritores, Salinger interpuso una demanda para detener la publicación del libro (uno de los resultados no intencionados de este juicio fue que muchos de los detalles de la vida privada de Salinger, incluyendo el hecho de haber escrito dos novelas y muchos relatos que no habían sido publicados, salieron a la luz pública ¡a través de las transcripciones del juzgado!)
 La relación de un año que mantuvo en 1972 con la aspirante a escritora Joyce Maynard, de dieciocho años, fue también causa de controversia cuando ella subastó las cartas que Salinger le había escrito. Ha mantenido, igualmente, más de veinte relaciones con aspirantes femeninas a escritoras, siempre muy jóvenes.
En 2000, su hija, Margaret Salinger, publicó El guardián de los sueños. En su libro de “confesiones”, la señorita Salinger afirma que su padre se bebía su propia orina, sufría glosolalia, rara vez tenía relaciones sexuales con su madre, la tenía como una “prisionera virtual” y se negaba a permitirle ver a sus parientes y amigos.


2. Encuentra relaciones entre la información obtenida en el ejercicio anterior y este fragmento de El guardián entre el centeno.

Yo creo que no podría ir a la guerra. No me importaría tanto si todo consistiera en que te sacaran a un patio y te largaran un disparo por las buenas, lo que no aguanto es que haya que estar tanto tiempo en el ejército. Eso es lo que no me gusta. Mi hermano D. B. se pasó en el servicio cuatro años enteros. Estuvo en el desembarco de Normandía y todo, pero creo que odiaba el ejército más que la guerra.[...] Le dijo también que en el ejército aliado había tantos cabrones como en el nazi [...]Lo que no comprendo es por qué D.B. me hizo leer Adiós a las armas si odiaba tanto la guerra. No entiendo cómo D.B. podía odiar la guerra y decir que ese libro era buenísimo al mismo tiempo. Tampoco comprendo cómo a una misma persona le pueden gustar Adiós a las armas y El gran Gatsby. D.B. se enfadó mucho cuando se lo dije y me contestó que era demasiado pequeño para juzgar libros como esos. Le dije que a mí me gustaban Ring Lardner y El gran Gatsby. Y es verdad. Me encantan. ¡Qué tío ese Gatsby! ¡Qué bárbaro!. Me chifla la novela. Pero, como les decía, me alegro muchísimo de que hayan inventado la bomba atómica. Si hay otra guerra me sentaré justo encima de ella. Me presentaré voluntario, lo juro. 


3. Identifica los rasgos lingüísticos presentes en el texto que consideres que pertenecen al personaje y no al autor (es decir, que son más propios de la forma de hablar de un adolescente que de un escritor que está haciendo crítica literaria).
4. Investiga acerca de los libros y los autores citados en el fragmento. 


Narrador, tiempo y espacio. La narración de  El guardián entre el centeno corre a cargo del protagonista de la historia: un joven de dieciséis años que se expresa con naturalidad y espontaneidad, dando cuenta de sus andanzas en los días que transcurren tras su expulsión del colegio de  Pencey. Durante este periodo Holden vaga, sobre todo, por las calles de Nueva York. Los encuentros y situaciones que vive sucesivamente se narran de forma ágil y amena, siempre de manera lineal, aunque a veces el narrador nos da a conocer aspectos anteriores de su vida, como los recuerdos acerca del hermano muerto, o algunas anécdotas de sus muchos compañeros de colegio.




Sencillez y naturalidad. El texto resulta sencillo a todos los niveles: léxico, sintáctico, estilístico..., respetando la verosimilitud de un narrador adolescente que se expresa de manera espontánea y sin pretensiones. Las construcciones sintácticas son cortas y ágiles, con predominio de la yuxtaposición y la coordinación; el vocabulario es sencillo y genérico, con abundancia de hiperónimos y comodines léxicos, como "cosa", "gente", etc.; No hay figuras retóricas destacables, aparte de las hipérboles expresivas: "choqué con veinte bidones por lo menos", "la tía tenía como cien años", "Debajo de los libros había un cuaderno. Tiene como cinco mil" etc.




Muletillas. Holden se expresa con dejadez. A pesar de su admiración por la gente con buen vocabulario, él mismo emplea  frecuentemente muletillas y frases hechas, entre las que destacan los "¡jo!" que intercala continuamente en su discurso y "de verdad", expresión con la que remata a menudo sus frases. También tenemos muchas ocasiones de apreciar su repertorio de insultos, los cuales casi siempre van referidos al nivel intelectual o moral de los otros personajes:

  • "me puse a mirar a todos los cretinos"
  • "¡Menudo imbécil!"
  • "¡Vaya tía!"
  • "pregúntele si el imbécil del camarero le ha dado mi recado"
  • "¡Menudo hipócrita!"
  • "Nunca he visto a un tío más falso"




Generalizaciones. En sus juicios sobre la personalidad de los otros, Holden tiende con frecuencia a hacer generalizaciones, del tipo: "todos esos tipos son iguales" o "esas cretinas siempre hacen lo mismo"




Opiniones radicales y desenfadadas. A veces, en su impulsividad, Holden produce frases que, tal vez, si las reflexionara un poco, retiraría (hemos visto que con frecuencia se retracta de cosas que hace y dice, arrepentido del daño que pueda causar a los demás). Sin embargo, cuando le vienen a la cabeza, puede ser bastante radical:


"Me gusta muchísimo oírle, pero a veces le entran a uno ganas de romperle el piano en la cabeza. Debe ser porque sólo por la forma de tocar se le nota que es de esos tíos que no te dirige la palabra a menos que seas un pez gordo".


" Tampoco comprendo cómo a una misma persona le pueden gustar Adiós a las armas y El gran Gatsby. D.B. se enfadó mucho cuando se lo dije y me contestó que era demasiado pequeño para juzgar libros como ésos. Le dije que a mí me gustaban Ring Lardner y El gran Gatsby. Y es verdad. Me encantan. ¡Qué tío ese Gatsby! ¡Qué bárbaro! Me chifla la novela. Pero, como les decía, me alegro muchísimo de que hayan inventado la bomba atómica. Si hay otra guerra me sentaré justo encima de ella. Me presentaré voluntario, se lo juro."

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