Para ver mejor el blog, puedes ampliar y reducir el tamaño pulsando a la vez las teclas Ctrl y + o -. Presionando además F11, aparecerá en modo de pantalla completa.

martes, 2 de junio de 2009

Renacimiento y Garcilaso


1. Una vez que has teminado de elaborar tu esquema sobre el Renacimiento, estarás preparado para hacer el siguiente ejercicio: se trata de un cuadro que compara la Edad Media con este nuevo periodo; sin embargo, hay un problema: los sustantivos que aparecen sobre fondo azul se han mezclado todos entre sí. Tendrás que leer con atención y volver a colocarlos en su sitio. Eso sí, contarás con una pista que puede ayudarte: fíjate en el género y el número de los sustantivos. Puedes, por ejemplo, ordenar primero los que estén en femenino, después los que aparezcan en plural, etc.



2. ¿Ya? Pues ahora vamos a leer un texto renacentista, triste y bello como suelen ser los escritos de esta época.


Como paso previo, debes asegurarte de que conoces estas palabras, que encontrarás en el poema. Busca un sinónimo para cada una:




  • entretejido
  • presuroso
  • semblante
  • purpúreo
  • ninfa
  • exceder
  • funesto
  • epitafio
  • presuroso


Ahora sí, ve a la página 203 de tu libro, o bien lee aquí.


3. Apunta en unas pocas frases el argumento del poema. Elige, de entre éstos, el objetivo que perseguía el autor al escribirlo:

  • Explicar un suceso que ha tenido lugar.
  • Expresar su tristeza por alguien que se ha ido.
  • Conmover al lector con un texto hermoso.
  • Confundir a la gente con un escrito ambiguo y difícil de entender.

En el cuadro de Velázquez, como en el poema de Garcilaso, las hilanderas tejen una historia mitológica.


4. Escribe cuatro columnas de palabras. En la primera, debes anotar adjetivos que aparezcan en el texto; en la segunda, sustantivos; en la tercera, adverbios y, por último, pronombres.

5. Observa estas imágenes de María y de Esther:















María ..................................................................................Esther

Como ves, María es muy presumida y le gusta maquillarse. Esther, sin embargo, odia los cosméticos. Observa cuántas maneras hay de de decir lo mismo:

  • A María le gusta maquillarse, pero a Esther no.
  • A María le gusta maquillarse; a Esther, en cambio, no le gusta nada.
  • María y Esther son dos chicas jóvenes; a aquélla le gusta maquillarse; a ésta, en cambio, no.
  • A María le gusta maquillarse, mientras que Esther lo odia.
  • A María, a diferencia de Esther, le gusta maquillarse.
  • Esther odia maquillarse; sin embargo, a María le gusta mucho.
  • A María le encanta maquillarse; a Esther, por su parte, no le gusta nada.

Empleando los mismos recursos, trata de redactar de una manera variada las diferencias entre Edad Media y Renacimiento, según lo que leíste en el cuadro del ej. 1.

Lirica SS OO



1


¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, escuro,
con soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, ¿te vas al inmortal seguro?



2

Ya formidable y espantoso suena
dentro del corazón el postrer día,
y la última hora, negra y fría,
se acerca, de temor y sombras llena.



3


Purpúreas rosas sobre Galatea
la Alba entre lilios cándidos deshoja:
duda el Amor cuál más su color sea,
o púrpura nevada, o nieve roja.


















De su frente la perla es, eritrea,
émula vana. El ciego dios se enoja
y, condenando su esplendor, la deja
pender el oro al nácar de su oreja.




4

El hombre está entregado al sueño,
de su suerte no cuidando;
y, con paso callado,
el cielo, vueltas dando,
las horas del vivir le va hurtando.

¡Oh, despertad, mortales!
Mirad con atención en vuestro daño.
Las almas inmortales,
hechas a bien tamaño,

¿podrán vivir de sombra y de engaño?



5

Al tramontar del sol, la ninfa mía,

de flores despojando el verde llano,
cuantas troncaba la hermosa mano,
tantas el blanco pie crecer hacía.


Ondeábale el viento que corría
el oro fino con error galano,
cual verde hoja de álamo lozano
se mueve al rojo despuntar del día;


mas luego que ciñó sus sienes bellas
de los varios despojos de su falda
-término puesto al oro y a la nieve-,


juraré que lució más su guirnalda
con ser de flores, la otra ser de estrellas,
que la que ilustra el cielo en luces nueve.




6


Él es un médico honrado,

por la gracia del Señor,

Quien os lo pintó cobarde

no lo conoce, y mintió,

que ha muerto más hombres vivos

que mató el Cid Campeador.

Y con ser todos mortales

los médicos, pienso yo

que son todos venïales

comparados al doctor.




7


Si quejas y lamentos pueden tanto

que enfrenaron el curso de los ríos

y en los diversos montes y sombríos

los árboles movieron con su canto;



si convertieron a escuchar su llanto

los fieros tigres y peñascos fríos;

si, en fin, con menos casos que los míos

bajaron a los reinos del espanto:


¿por qué no ablandará mi trabajos

avida, en miseria y lágrimas pasada,

un corazón comigo endurecido?


Con más piedad debria ser escuchada

la voz del que se llora por perdido

que la del que perdió y llora otra cosa.