1. Lee el argumento del Poema de Mío Cid en la página 116-117 del libro y elabora una versión en épica moderna.
2. Ten en cuenta los siguientes aspectos:
A. Los tributos. En esta página puedes leer sobre algunos de los antiguos impuestos que se tributaban al clero y a la nobleza .
B. El honor: lee el texto que aparece más abajo.
C. Las bodas de las hijas del Cid suponen una distinción personal, por parte del rey de Castilla, hacia el Cid.
D. La deshonra. Hoy es difícil entender cómo una víctima puede ser despreciada y cubierta de vergüenza por los demás... ¿o no tanto?: basta buscar un poco en Internet para encontrar mil ejemplos.
Honor, honra y honradez
Aunque propiamente son conceptos diferentes, es muy común confundir honor con honra o con honradez. El honor se confunde con el concepto medieval castellano de mesura, decoro, decencia o dignidad humana. La honra, tal como se entiende en el teatro clásico español (frente al honor, que es la dignidad de puertas adentro), es la dignidad de puertas afuera y equivalente a la reputación, el prestigio, la lealtad, la opinión, la gloria o la fama: es decir, la sanción y conocimiento social del origen familiar esclarecido, que se remonta al mérito de un antepasado que, fundamentalmente por servicios militares, conquistó la nobleza (como virtud u honor). Descender de él confiere la herencia de la nobleza, en España la hidalguía. Derivado del concepto viene la necesidad de fidelidad conyugal y castidad en las mujeres de la familia, garantía de que los varones hereden con la sangre la nobleza original.
El concepto de honradez sería más propio de una concepción burguesa del mundo (la fiabilidad para los negocios).
112
En Valencia estaba el Cid
y los que con él son;
con él están sus yernos,
los infantes de Carrión.
Echado en un escaño,
dormía el Campeador,
cuando algo inesperado
de pronto sucedió:
salió de la jaula
y desatóse el león.
Por toda la corte
un gran miedo corrió;
embrazan sus mantos
los del Campeador
y cercan el escaño protegiendo a su señor.
Fernando González, infante de Carrión,
no halló dónde ocultarse, escondite no vio;
al fin, bajo el escaño, temblando, se metió.
Diego González por la puerta salió,
diciendo a grandes voces: «¡No veré Carrión!»
Tras la viga de un lagar se metió con gran pavor;
la túnica y el manto todo sucios los sacó.
En esto despertó el que en buen hora nació;
a sus buenos varones cercando el escaño vio:
«¿Qué es esto, caballeros? ¿ Qué es lo que queréis vos?»
«¡Ay, señor honrado, un susto nos dio el león».
Mío Cid se ha incorporado, en pie se levantó,
el manto trae al cuello, se fue para el león;
el león, al ver al Cid, tanto se atemorizó
que, bajando la cabeza, ante mío Cid se humilló.
Mío Cid don Rodrigo del cuello lo cogió,
lo lleva por la melena, en su jaula lo metió.
Maravillados están todos lo que con él son;
lleno de asombro, al palacio todo el mundo se tornó.
Mío Cid por sus yernos
preguntó y no los halló;
aunque los está llamando,
ninguno le respondió.
Cuando los encontraron
pálidos venían los dos;
del miedo de los Infantes
todo el mundo se burló.
Prohibió aquellas burlas
mío Cid el Campeador.
Quedaron avergonzados
los infantes de Carrión.
¡Grandemente les pesa esto que les sucedió!
Romances
El romance es un tipo de poema característico de la tradición literaria española compuesto con octosílabos rimados en asonante en los versos pares.
El romance es un poema característico de la tradición oral, y se populariza en el siglo XV, en que se recogen por primera vez por escrito en colecciones denominadas romanceros. Los romances son generalmente poemas narrativos de una gran variedad temática, según el gusto popular del momento y de cada lugar. Se interpretan declamando, cantando o intercalando canto y declamación.
Los romances surgieron de la fragmentación de las grandes epopeyas medievales ( el Cantar o Poema de Mio Cid y El cerco de Zamora). En este proceso, los cantares de gesta, cantados por los juglares, circulaban no sólo en las cortes aristocráticas sino también en las plazas plebeyas, donde el pueblo escuchaba los episodios más importantes y repetidos cuando pasaba por allí; se les grababa en la mente y a su vez los repetían y cantaban entre sí. De esa manera se fueron transmitiendo oralmente de padres a hijos los fragmentos que tenían mayor interés e incluso algunos se mezclaron con otros y experimentaron una elaboración formal que consistía en numerosas variantes, muchas de ellas localizadas sobre todo al final. Al mismo tiempo, había juglares cuyo propósito y alcance eran más humildes y que se dedicaban a cantar en público y por separado sólo los pasajes épicos que encerraban una acción o suceso completo
Yo me estaba reposando
anoche como solía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos se dormían.
Vi entrar señora tan blanca
muy más que la nieve fría.
- ¿Por dónde has entrado, amor?
¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías.
- No soy el amor, amante:
[soy] la muerte que Dios te envía.
- ¡Ay, muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!
- Un día no puedo darte,
- una hora tienes de vida.
Muy deprisa se levanta,
más deprisa se vestía.
Ya se va para la calle,
en donde su amor vivía.
- ¡Ábreme la puerta blanca,
ábreme la puerta, niña!
- ¿La puerta cómo he de abrirte
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue a palacio,
mi madre no está dormida.
- Si no me abres esta noche,
ya nunca más me abrirías;
la muerte me anda buscando,
junto a ti vida sería.
- Vete bajo la ventana
donde bordaba y cosía,
te echaré cordel de seda
para que subas arriba,
si la seda no alcanzare,
mis trenzas añadiría.
Ya trepa por el cordel,
ya toca la barandilla,
la fina seda se rompe,
él como plomo caía.
La Muerte le está esperando
abajo en la tierra fría:
Vamos, el enamorado,
la hora ya está cumplida.
¿Sabes qué es esto?:
No, ¿verdad? Bueno: es un instrumento musical. ¿Que no? Compruébalo aquí, a partir del minuto 1:30:
En el principio del vídeo explica por qué utiliza ese instrumento.
En el siguiente vídeo podemos escuchar un instrumento aún más elemental:
El ritmo de las panaderas es un juego, una prueba de habilidad que nace frente a una mesa vacía. En los años de hambre verdadera, por estos lares, con las manos y las mesas vacías y sin instrumentos engañábamos al hambre con estas canciones de tribu y de cocina. Así nuestras abuelas y abuelos consiguieron ser "más list@s que el hambre".
Este otro es un documental sobre las canciones tradicionales que veremos, al menos, hasta el minuto cuatro:
A continuación leemos algunos ejemplos de la lírica tradicional medieval:
1 ¿Por qué me besó Perico, ¿por qué me besó el traidor? Dijo que en Francia se usaba y por eso me besaba, y también porque sanaba con el beso su dolor. ¿Por qué me besó Perico, por qué me besó el traidor? | ||
33
mueren de amores, ¡triste de mí! ¿Qué harán los hombres que tienen tiernos los corazones? ¿triste de mí! ¿Qué harán los hombres? |
8
En la fuente del rosel,
lavan la niña y el doncel.
En la fuente de agua clara,
con sus manos lavan la cara
él a ella y ella a él:
lavan la niña y el doncel.
En la fuente del rosel,
lavan la niña y el doncel.
| ||||
29
Malferida iba la garza
enamorada:
Sola va y gritos daba.
Donde la garza hace su nido,
ribericas de aquel río,
sola va y gritos daba.
21
No me las enseñes más,
que me matarás.
Estábase la monja
en el monasterio,
sus teticas blancas
de so el velo negro.
Más,
que me matarás.
(Diego Sánchez de Badajoz)
|
30
Al alba venid, buen amigo,
al alba venid.
Amigo el que yo más quería,
venid al alba del día.
Amigo el que yo más amaba,
venid a la luz del alba.
Venid a la luz del alba,
non traigáis compañía.
Venid a la luz del alba,
no traigáis gran compaña.
|
3. Escoge uno de los textos anteriores y descríbelo de manera que tus compañeros puedan reconocerlo. Ej.:
"En este pequeño poema escuchamos una voz femenina que le pide a su amado que se reúna a solas con ella al amanecer."
Si te fijas, lo que hemos hecho es:
a) Señalar quién habla a quién en el poema.
b) Un resumen
4. Identifica el tema de los textos. ¿Tiene relación con otros textos de la poesía de transmisión oral?
La tradición es como una criba, que selecciona lo bueno, dejando lo malo. Cuando una persona crea una canción, parte de la tradición, a la que se vierten otra vez las nuevas creaciones, como a un río adonde fluye todo lo común. La tradición oral es, por otra parte, la historia que no se escribió: la que habla de las costumbres, las creencias, los valores de una sociedad. La tradición es la memoria colectiva de los pueblos.
Antiguamente se cantaba en todo momento: en las bodas, en el trabajo, en el campo… Había un elemento musical continuo que favorecía la creatividad musical y la interpretación. La salida masiva de los habitantes de los pueblos a la ciudad acarreó la pérdida de costumbres y tradiciones: cuentos y canciones transmitidos de una generación a otra.
CLASIFICACIONES DE LA POESÍA DE TIPO TRADICIONAL
Las canciones de tipo tradicional se pueden clasificar según numerosos criterios, estilísticos y temáticos. Un criterio posible, relevante para una sociedad tradicional, es el que agrupa las canciones según el momento del ciclo anual en que cobran su sentido. Así, encontramos:
Ciclo de invierno:
- Villancicos, de temática religiosa y pastoril.
- Rondas, parrandas y serenatas, de las fiestas navideñas, a menudo para buscar aguinaldo.
- Canciones de ánimas, al abrigo de ermitas y parroquias.
- Canciones de carnaval, licenciosas y burlescas.
- De cuaresma y Semana Santa, como las saetas:
Jesús que vas "ataíto"
con cordeles y desnudo,
dame un granito de fe,
para comprender el mundo.
con cordeles y desnudo,
dame un granito de fe,
para comprender el mundo.
Tú que penas, tú que sufres,
Virgen de la Soledad,
te pido para mis males
pan, trabajo y libertad.
Virgen de la Soledad,
te pido para mis males
pan, trabajo y libertad.
"Atormentao" y sin culpa
te llevan en una cruz.
Lo mismito trata el amo
al campesino andaluz.
te llevan en una cruz.
Lo mismito trata el amo
al campesino andaluz.
Jesús de la Buena Muerte
perdona nuestros pecados.
Si volviéramos a verte
serías crucificado,
¡por los que dicen quererte!
perdona nuestros pecados.
Si volviéramos a verte
serías crucificado,
¡por los que dicen quererte!
Ciclo de primavera:
- Marzas, mayas y canciones de San Juan y de romerías, alegres y festivas para celebrar el renacer de la naturaleza.
- En celebraciones como las Cruces de Granada se dan "coplas de picaílla": duelos de coplas improvisadas.
Ciclo de verano y otoño:
- Cantos de trabajo (siega, vendimia, etc) para hacer más llevadera la labor o marcar el ritmo de trabajo. Es época de regocijo y aundancia
"Mariquilla, no seas loca;
mira bien cómo trabajas,
que en una pierna te cortas
y te juntas con dos rajas,
una encima de la otra"
POr otra parte, las canciones tradicionales de trabajo se dan en cualquier parte del mundo con muy pocas variaciones. Aquí tenemos un ejemplo:
Características de la literatura de transmisión oral según el libro de texto:
De los cantares de gesta (pág 115):
- Llamadas de atención y función fática o conativa.
- Adverbios de presencia.
- Referencias visuales
- Repeticiones: paralelismos, anáforas, versos bimembres. Repeticiones de contenido.
- Oraciones simples y coordinadas. Presente de indicativo, combinado con otros tiempos verbales
- Brevedad
- Tema amoroso
- Punto de vista femenino
- Concisión
- Repetición
- Fórmulas afectivas y función expresiva
- Métrica de arte menor, irregular.
De la lírica tradicional (pág 167):
- Repeticiones (paralelismos, anáforas)
- Función expresiva
- Imágenes simbólicas de la naturaleza.
- Molde métrico único.
- Tendencia a la condensación. Comienzo in media res
- Arcaísmos
- Cambios en los tiempos verbales
- Frecuentes diálogos
- Repetición, antítesis y enumeración.
- Ausencia de intención moralizante.
5. Identifica los rasgos que se repiten cada vez. Piensa en los textos que hemos leído y considera si presentan alguna característica formal que no aparezca mencionada aquí.
6. Dos de los siguientes textos son anónimos, de tradición oral; el otro es obra de un autor conocido que escribe y tiene interés por que se conozca su nombre. Identifica de cuál se trata, reconociendo los rasgos formales de los otros dos:
I
- A mí dicen don Rodrigo
y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de Gonzalo Bustos,
hermano de doña Sancha;
por sobrinos me los hube
los siete infantes de Salas.
Espero aquí a Mudarrillo,
hijo de la renegada;
si delante lo tuviese,
yo le sacaría el alma.
y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de Gonzalo Bustos,
hermano de doña Sancha;
por sobrinos me los hube
los siete infantes de Salas.
Espero aquí a Mudarrillo,
hijo de la renegada;
si delante lo tuviese,
yo le sacaría el alma.
II
¡Oh niebla del estado más sereno, |
furia infernal, serpiente mal nacida! |
¡Oh ponzoñosa víbora escondida |
de verde prado en oloroso seno! |
5 ¡Oh entre el néctar de Amor mortal veneno, |
que en vaso de cristal quitas la vida! |
¡Oh espada sobre mí de un pelo asida, |
de la amorosa espuela duro freno! |
Oh celo, del favor verdugo eterno, |
10 vuélvete al lugar triste donde estabas, |
o al reino, si allá cabes, del espanto; |
mas no cabrás allá, que pues ha tanto |
que comes de ti mesmo y no te acabas, |
mayor debes de ser que el mismo infierno. |
III.
Mano a mano los dos amores
mano a mano.
El galán y la galana
ambos vuelven el agua clara,
mano a mano.
7. Comenta el siguiente fragmento:
- ¡Ábreme la puerta blanca,
ábreme la puerta, niña!
- ¿La puerta cómo he de abrirte
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue a palacio,
mi madre no está dormida.
- Si no me abres esta noche,
ya nunca más me abrirías;
la muerte me anda buscando,
junto a ti vida sería.
- Vete bajo la ventana
donde bordaba y cosía,
te echaré cordel de seda
para que subas arriba,
Para ello, puedes seguir los siguientes pasos:
- Elabora el resumen de cada oración.
- Resume lo que has escrito antes.
- Como conclusión, di cuál es el tema del texto.
- Explica qué géneros de la literatura oral suelen tratar esos temas.
- Pon algún ejemplo.
- Intenta explicar algo del contexto histórico que justifique un texto como el que comentamos.
- Descubre algunos de los rasgos propios del género en ejemplos concretos del texto.
- Redacta unas breves conclusiones.
El texto que tenemos delante pertenece a un romance que narra el encuentro de un enamorado, al que persigue la muerte, con su amada.
El fragmento presenta el momento en que el enamorado le pide a ella que le abra la puerta, cosa que ella rechaza porque -razona- sus padres están en casa; él insiste, explicando que le queda poco tiempo de vida y viene a pasar sus últimos instantes. Finalmente, ella le muestra la manera en que podrá acceder a la casa, por el balcón.
Como vemos, se trata de un fragmento en que dos enamorados van a reunirse por última vez, antes de que la muerte los separe. El tema, por lo tanto, podríamos decir que es el amor y la muerte.
Esta asociación es frecuente en los romances, como aquel del Conde Niño, que cuenta la historia de dos amantes que, asesinados por la envidia de la madre de ella, logran seguir unidos más allá de la muerte.
La muerte es un tema frecuente en los cantares de gesta, en los que se solía narrar las aventuras de héroes guerreros que luchan, matan o mueren en pos de sus ideales bélicos. Sin embargo, en el texto que nos ocupa, la muerte no es el resultado de un espíritu de conquista, sino solamente un complemento que hace del amor una pasión más intensa y urgente. Es fácil interpretar que el texto que estudiamos no pertenece a un cantar de gesta, poema épico propio de los juglares de la Alta Edad Media, sino a un romance, más moderno, más lírico, más interesado en reflejar la belleza de una pequeña historia de amor que en narrar hechos heroicos.
En este sentido, los romances, que provienen de los cantares de gesta, se parecen más a la lírica tradicional y a las jarchas: como ellos, las canciones populares son breves y pertenecen a un público (el pueblo llano) que muestra predilección por los temas amorosos. La diferencia entre los romances y la lírica tradicional está en el carácter más narrativo de aquéllos, ya que los romances cuentan una historia, mientras que en las canciones tradicionales lo que escuchamos habitualmente es la voz de un personaje, con frecuencia femenino, que habla de su amor o se queja ante un confidente, como en los versos que dicen:
"Al alba venid, buen amigo,
al alba venid"
En el fragmento que nos ocupa, de una estructura más compleja que la lírica tradicional, encontramos las voces de dos personajes que dialogan, a las que se sumaría la voz del narrador (no presente en el fragmento) que introduce y cierra el romance.
En cuanto al contexto histórico, cabe destacar que durante la Edad Media los poemas de carácter oral y tradicional, como éste, alcanzan una difusión y una calidad elevadas debido a que la literatura escrita está en manos de una minoría de clérigos y de nobles cuyos escritos presentan un carácter didáctico y teocéntrico; frente a ellos, la literatura popular es más espontánea y vital y se interesa por temas amorosos sin intención moralizadora, como el fragmento que comentamos.
En cuanto a los rasgos formales, encontramos en el fragmento las siguientes características, típicas del romancero popular:
En el fragmento que nos ocupa, de una estructura más compleja que la lírica tradicional, encontramos las voces de dos personajes que dialogan, a las que se sumaría la voz del narrador (no presente en el fragmento) que introduce y cierra el romance.
En cuanto al contexto histórico, cabe destacar que durante la Edad Media los poemas de carácter oral y tradicional, como éste, alcanzan una difusión y una calidad elevadas debido a que la literatura escrita está en manos de una minoría de clérigos y de nobles cuyos escritos presentan un carácter didáctico y teocéntrico; frente a ellos, la literatura popular es más espontánea y vital y se interesa por temas amorosos sin intención moralizadora, como el fragmento que comentamos.
En cuanto a los rasgos formales, encontramos en el fragmento las siguientes características, típicas del romancero popular:
- Ausencia de intención moralizante
- Repeticiones: paralelismos, anáforas, antítesis y enumeración.
- Función expresiva
- Molde métrico único
- Tendencia a la condensación
- Cambios en los tiempos verbales
A la ausencia de intención moralizante, ya comentada, podemos añadir rasgos de todo el romancero, como la tendencia a la condensación, visible en la brevedad del diálogo y la ausencia de narrador en este fragmento, o el molde métrico consistente en una serie de versos octosílabos con rima en los pares.
Las fórmulas afectivas y la función expresiva son visibles en el apelativo cariñoso:
ábreme la puerta, niña!
... o la paradoja tan expresiva de:
la muerte [...], junto a ti, vida sería.
Las repeticiones están presentes en paralelismos como:
Mi padre no fue a palacio,
mi madre no está dormida.
... e incluso en anáfora y repeticiones léxicas:
- ¡Ábreme la puerta blanca,
ábreme la puerta, niña!
- ¿La puerta cómo he de abrirte
- ¿La puerta cómo he de abrirte
- Si no me abres esta noche,
ya nunca más me abrirías;
También encontramos dobletes léxicos en algunos casos:
1. Mi padre ...,
mi madre ....
2. la muerte me anda buscando,
junto a ti vida sería.
3. donde bordaba y cosía
Como conclusión, podemos afirmar que el texto comentado posee todos los rasgos de un romance, tanto desde el punto de vista formal (versos octosílabos, repeticiones, etc. ), como temático (breve narración sobre tema amoroso). Dada la calidad lírica del fragmento, sin duda se trata de uno de los romances de finales de la Edad Media, ya alejados del carácter épico y guerrero de los primeros textos, procedentes de los cantares de gesta.
I
Rey don Sancho, rey don Sancho,
no digas que no te aviso;
que del cerco de Zamora
un alevoso ha salido;
Bellido Dolfos se llama,
hijo de Dolfos Bellido;
si gran traidor es el padre,
mayor traidor es el hijo.
no digas que no te aviso;
que del cerco de Zamora
un alevoso ha salido;
Bellido Dolfos se llama,
hijo de Dolfos Bellido;
si gran traidor es el padre,
mayor traidor es el hijo.
II
-¡Abenámar, Abenábar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida;
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
-No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida.
-Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!
-El AlhaRomance del conde niño, Romance del enamorado y la muertembra era, señor,
y la otra, la mezquita;
[...]
-Si tú quisieras, Granada,
contigo me casaría;
daréte en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.
-Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.
III
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que no sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me canta al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.
IV
Ya cantan los gallos
amor mío y vete;
cata que amanece.
Vete, alma mía,
más tarde no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.
Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.
V
Ya Rab, ¿si me tornarád?
¡Tan mal meu doler li-l-habib!
Enfermo yed, ¿cuánd sanarád?”
(“Mi corazón se va de mí.
Oh Dios, ¿acaso volverá a mí?
¡Tan fuerte mi dolor por el amigo!
Enfermo está, ¿cuando sanará?”)
VI
Ya Mamma, me-w-l-habibe
Bais e no más tornarade.
Gar ké fareyo, ya mamma:
¿No un bezyello lesarade?
(Madre, mi amigo
se va y no tornará más.
Dime qué haré , madre:
¿no me dejará [siquiera] un besito?)
IV
En el poema IV una voz invita a su amor a marcharse en el momento del amanecer, antes de que su romance sea descubierto. El tema, por tanto, es el amor clandestino, probablemente de dos jóvenes.
El amor y, más frecuentemente, la queja de amor en boca de una voz femenina, es un tema frecuente en la literatura de tradición oral, y el tema casi exclusivo de las jarchas mozárabes y las cantigas de amor gallego-portuguesas, como por ejemplo:
“Vayse meu corachón de mib.
Ya Rab, ¿si me tornarád?
Ya Rab, ¿si me tornarád?
En el caso del texto que tenemos delante, no se trata de una queja por la ausencia del ser amado, pero sí es inminente la ausencia, propiciada por las circunstancias, ya que el amante debe partir para evitar ser descubierto. Aunque el femenino no aparece explícitamente, la situación del amante que debe escapar nos hace pensar que es ella la que habla, como ocurre con tanta frecuencia en la lírica tradicional, donde la población entera es emisora y receptora a la vez, a diferencia de la literatura escrita, donde sólo una minoría culta masculina ostenta la autoría de los textos.
El tema amoroso es el más frecuente en la lírica tradicional y en el romancero viejo (Romance del conde niño, Romance del enamorado y la muerte, p.ej). La diferencia con con este último tipo de composiciones reside en que los romances, composiciones épico-líricas, presentan una parte narrativa que está ausente en el texto que comentamos, donde no aparece voz de narrador alguno ni desarrollo de la acción, sino únicamente la voz desnuda del personaje enamorado. La misma diferencia se aprecia con los cantares de gesta, largas narraciones con las que las composiciones de la lírica tradicional, como esta que comentamos, sólo tiene en común su forma versificada. En los poemas épicos, de temática guerrera principalmente, el tema amoroso no aparece sino como secundario y al servicio del enaltecimiento del héroe protagonista. Por todos estos rasgos, podemos sin duda identificar el texto como perteneciente a la lírica tradicional de tipo oral.
De los cantares de gesta (pág 115):
- Adverbios de presencia.
- Repeticiones: paralelismos, anáforas, versos bimembres. Repeticiones de contenido.
- Oraciones simples y coordinadas. Presente de indicativo, combinado con otros tiempos verbales
- Brevedad: 110 vv. Métrica de arte menor
- Tema amoroso
- Punto de vista femenino
- Concisión
- Repetición
- Fórmulas afectivas y función expresiva: alma mía, amor mío
De la lírica tradicional (pág 167):
- Repeticiones (paralelismos, anáforas)
- Función expresiva
- Imágenes simbólicas de la naturaleza.
- Repetición, antítesis y enumeración.
- Ausencia de intención moralizante.
Ya cantan los gallos
amor mío y vete;
cata que amanece.
Vete, alma mía,
más tarde no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.
Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.
- Explica qué es un cantar de gesta teniendo en cuenta todos los elementos de la comunicación.
- Describe la métrica de los cantares de gesta.
- Cita cinco recursos lingüísticos propios de la recitación oral.
- Explica de manera general en qué consiste el problema de autoría y datación del PMC (Poema de Mío Cid)
- Argumento, tema y estructura del PMC.
- Define Romancero.
- Define romance. Indica qué otro significado tiene esta palabra.
- División del Romancero en dos grandes grupos atendiendo a su cronología.
- Relación entre los romances y los cantares de gesta.
- Características formales de un romance.
- Distingue el romancero de la lírica tradicional. (Consultar cuadro)
- Explica qué son las jarchas.
- Escribe los nombres de tres géneros o tipos de manifestaciones líricas peninsulares de la Edad Media, asociándolos a las fechas en que se dan.
- Clasifica la literatura de tradición oral según sus formas y contenidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario