En general, diría que no son nada buenos: reflejan el trabajo realizado a lo largo del curso, que ha sido, en mi opinión, el de menor rendimiento de cuantos grupos, sean de Bachilerato o de la ESO, han estado a mi cargo este año. Me despido con tristeza porque hemos cursado una de las asignaturas más interesantes relacionadas con la materia que imparto y, sin embargo, he percibido una falta de motivación preocupante, traducida en el rumor constante de la charla en el aula, en el desinterés ante las explicaciones y los textos e, incluso, en ocasiones, en ciertas muestras de un respeto débil y deficiente hacia el profesorado. Sé que yo aún tengo mucho que aprender y creo que mis clases pueden ser más eficaces, más interesantes, mejor planificadas y orientadas. Yo voy a empeñarme en alcanzar estos objetivos. Pero os invito también a reflexionar sobre vuestro trabajo y vuestra actitud: ante los estudios, ante los compañeros, ante quienes os rodean y se esfuerzan por daros lo que pueden ofrecer; ante la vida.
domingo, 30 de mayo de 2010
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