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viernes, 11 de noviembre de 2011

Obras y logros de Shakespeare

1. Obras: clasificación. Hamlet, Otelo, MacBeth.

2. Características y logros de Shakespeare.
Fantasía. La diversidad de temas y su variada procedencia (Historia, fábulas, leyendas...) era ya el rasgo quizás más característico del drama español, pero Shakespeare, que comparte este rasgo, va más allá: si nuestra tradición literaria tiende al realismo (el Poema de Mío Cid, el Quijote...), la sajona es rica en elementos mágicos y sobrenaturales: recordemos las leyendas artúricas o los relatos sobre gnomos, elfos y otros seres fantásticos que aún hoy recrea el cine moderno. De este modo, es frecuente que en las obras de Shakespeare aparezcan personaje sobrenaturales e inverosímiles. Romeo y Julieta, drama que es sobre todo una tragedia, no abunda en elementos fantásticos, pero podemos citar el brebaje de Fray Lorenzo como ingrediente poco realista.








Los personajes. Los grandes personajes de Shakespeare tienen un doble sentido: por un lado, encarnan grandes pasiones; es decir, son símbolos: Otelo representa los celos, Hamlet la duda, MacBeth la ambición, etc.; por otra parte, las personajes que crea Shakespeare son redondos, no planos: estas figuras destacan, entre las creaciones de todos los tiempos, por ser criaturas humanas, llenas de contradicciones, de sentimientos humanos, de altibajos... Los espectadores de cualquier época pueden sentirse identificados con ellos porque los miran de igual a igual, reconociendo los propios defectos o virtudes y las mismas dudas y anhelos.
En cuanto a la comparación con el contexto de la obra, sería pertinente contrastar los personajes de Molière (francés) y de los autos sacramentales de Calderón (español) con los del autor de Strattford-on Avon.
La riqueza del lenguaje: variedad de registros, entre los que destaca la tensión y el patetismo de los monólogos (aportar ejemplos); la abundancia de frases enigmáticas y de significado equívoco que potencian la expectación y la incertidumbre.




Temas: Amor, Locura y razón, Destino y azar y Orden establecido.
Locura y razón. Los amantes muestran escasa cordura en esta obra: son impulsivos, exagerados, insensatos. Como en Shakespeare todo es contraste y lucha de contrarios, no falta quien trata de hacer entrar en razón a los protagonistas. Estos otros personajes, que representan la razón y la inteligencia, oponen su buen sentido, a veces realista, a veces excesivamente materialista, a la fogosidad de los amantes.

  • Recuerda los momentos de la obra en los que otros personajes aconsejan a los protagonistas que moderen sus pasiones.
Amor. Romeo y Julieta encarnan un amor arrebatador en la misma medida que los otros personajes del autor simbolizan sendas pasiones. Las pasiones humanas cumplen en Shakespeare la misma función que el Fatum o destino para la tragedia griega: se trata de una fuerza irresistible que desde el principio encamina la acción hacia el desenlace trágico. Si para los griegos esta fuerza era un impulso externo, dependiente sólo de los dioses, en Shakespeare la semilla de la desgracia está en el propio corazón humano, víctima de las pasiones cuando éstas son demasiado intensas.
  • Escucha esta canción y explica llanamente qué idea del amor tiene el autor y con qué otra manera de concebirlo lo contrapone. Pon ejemplos de películas, canciones, libros, etc. que muestren ejemplos de ambas direcciones.

  • Expresa libremente tu opinión sobre el tema, publicando un pequeño comentario al final de esta entrada del blog.
Destino y azar. Ya nos hemos referido al Destino en la tragedia griega y su equivalente en Shakespeare. Es evidente que, aunque el autor inglés sustituye esa fuerza ciega por la de las pasiones, el tema del Destino no desaparece de su teatro: hay numerosas alusiones al hado y al azar, a las estrellas, a los dioses...

Contrastes. Como vemos, todo es contraste en el teatro barroco (en general, y en Shakespeare en particular): calma y tempestad, luces y sombras, altura y bajeza, etc. El juego de oposiciones se da en los enfrentamientos entre los personajes, en los rápidos cambios de humor, en la contraposición de escenas cómicas y trágicas o serias; en la diversidad de ambientes, contraria a la unidad de lugar; en el lenguaje de los personajes, y hasta en la disposición de los mismos en el escenario (como en la escena del balcón, en la que Romeo debe ascender para encontrarse con su amada)

5 comentarios:

  1. Nosotros pensamos que los amores que matan siempre duran , aunque algunas veces parezca que no existe ninguna relación entre esas dos personas , si la hay.
    Un ejemplo es que un amigo nuestro , alguna vez sintió algo por una chica , pero esta chica ya tenia pareja , entonces éste no pudo hacer nada , pero algunas veces nos recuerda eso , así que , todavía la recuerda.
    Pensamos que pueden existir estos amores , pero por una parte creemos que existen en muy pocas ocasiones , por que las relaciones , por algunas causas,se rompen antes , y creemos que es casi imposible un amor para toda la vida.Cuando existe un amor que mata , estas dos personas aunque no tengan contacto, creemos que pueden llegar más lejos por que sienten un amor que puede llegar a superar todos los problemas.

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  2. Leonor guerra gonzález16 de noviembre de 2011, 20:22

    Para que el amor sea eterno y dure toda la vida, es necesario que ambas partes se impliquen en la relación.La intensidad de los sentimientos es muy importante para que el amor dure pues, muchas veces, la convivencia se convierte en rutina y la pasión se deja a un lado.
    Además para durar es necesario ser tolerante y comprensivo con nuestra pareja y, para eso, es importante haber tenido una educación basada en el respeto mutuo y la aceptación de ideas contrarias a las nuestras.
    Así, el amor es comprensivo es paciente no debe ser envidioso sino generoso, todo lo cree, todo lo perdono, todo lo espera porque sin amor, no tendríamos nada.

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    1. que bueno lo que dices esas palabras si son sabias

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  3. Marta Cuevas Caballero17 de noviembre de 2011, 18:22

    Supongo que todo depende de la concepción del amor, o más concretamente, de lo que se quiera lograr viviendo una sensación así, que tenga cada uno. Si lo que se quiere es simplemente tener una pareja estable, a la que dar cariño y de la cual recibirlo sabiendo que siempre va a estar ahí, para consolar, para escuchar, para aconsejar, más como un gran amigo que como un amante, entonces quizás convenga decantarse por ese amor apacible y comedido que se riega con palabras cariñosas y besos suaves en los labios; estable y duradero, forja un vínculo de afecto entre dos personas que no se deshace con el tiempo. Si por el contrario lo que se busca es la pasión febril y desmedida del amor del amante que no puede vivir sin tener al otro cerca, que sería capaz de dar la vida por el otro o de seguirlo hasta donde fuera, que se recrea en la pasión carnal o en las características físicas y psíquicas del otro, entonces es mejor el amor apasionado, grandilocuente las más veces, idealizado otras. En mi opinión, el principal inconveniente de éste es que sólo entrelaza los destinos de dos personas si cada una es la media naranja de la otra. Si no es así, como sucede la mayoría de las veces, la pasión acaba "explotando" como en el caso de Romeo y Julieta (permítaseme introducir aquí la reflexión de que realmente nunca sabremos si estaban hechos el uno para el otro), y produce sufrimiento y dolor. A pesar de ello prefiero personalmente este último, mucho más intenso y emocionado, compañero de experiencias irrepetibles y también, muy a mi pesar, del amor no correspondido.

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  4. Daniel González Hacha23 de noviembre de 2011, 18:59

    El amor eterno es ese que nos venden todos los días. El que escuchamos en la radio y vemos en la televisión y las películas. Ese que hace que nos volvamos locos buscando regalos los 14 de febrero, el que que nos quiere hacer pasar por el aro del altar. Es ese que llega un día sin esperarlo y se va desgastando y desgastando hasta que queda pendiente de un hilo y se mantiene por inercia. Pero el amor no es así. No debe serlo, no al menos el de verdad. El de verdad no entiende de ciclos vitales de nacimiento, crecimiento y muerte, sino que surge, quema y abrasa hasta el último rincón del alma cada día, y nunca se apaga. Es ese tan fácil de encontrar y tan difícil de mantener. Ese es el de verdad, y no los que se disfrazan de eternidad y mueren de viejos.

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