I
BENVOLIO
El viento de que hablas nos desvía.
La cena terminó y llegaremos tarde.
ROMEO
Muy temprano, temo yo, pues presiento
que algún accidente aún oculto en las estrellas
iniciará su curso aciago
con la fiesta de esta noche y pondrá fin
a esta vida que guardo en mi pecho
con el ultraje de una muerte adelantada.
Mas que Aquél que gobierna mi rumbo
guíe mi nave. ¡Vamos, alegres señores!
El viento de que hablas nos desvía.
La cena terminó y llegaremos tarde.
ROMEO
Muy temprano, temo yo, pues presiento
que algún accidente aún oculto en las estrellas
iniciará su curso aciago
con la fiesta de esta noche y pondrá fin
a esta vida que guardo en mi pecho
con el ultraje de una muerte adelantada.
Mas que Aquél que gobierna mi rumbo
guíe mi nave. ¡Vamos, alegres señores!
II
Entra el BOTICARIO.
BOTICARIO
¿Quién grita?
ROMEO
Vamos, ven aquí. Veo que eres pobre.
Toma cuarenta ducados y dame
un frasco de veneno, algo que actúe rápido
y se extienda por las venas, de tal modo
que el cansado de la vida caiga muerto
y el aliento salga de su cuerpo
con el ímpetu de la pólvora inflamada
cuando huye del vientre del cañón.
BOTICARIO
De esas drogas tengo, pero las leyes de Mantua
castigan con la muerte a quien las venda.
ROMEO
¿Y tú temes la muerte, estando tan escuálido
y cargado de penuria? El hambre está en tu cara;
en tus ojos hundidos, la hiriente miseria;
tu cuerpo lo visten indignos harapos.
El mundo no es tu amigo, ni su ley,
y el mundo no da ley que te haga rico,
conque no seas pobre, viola la ley y toma esto.
BOTICARIO
Accede mi pobreza, no mi voluntad.
ROMEO
Le pago a tu pobreza, no a to voluntad.
BOTICARIO
Disolved esto en cualquier líquido
y bebedlo y, aunque tengáis el vigor
de veinte hombres, al instante os matará.
ROMEO
Aquí está el oro, peor veneno para el alma;
en este mundo asesina mucho más
que las tristes mezclas que no puedes vender.
Soy yo quien te vende veneno, no tú a mí
BOTICARIO
¿Quién grita?
ROMEO
Vamos, ven aquí. Veo que eres pobre.
Toma cuarenta ducados y dame
un frasco de veneno, algo que actúe rápido
y se extienda por las venas, de tal modo
que el cansado de la vida caiga muerto
y el aliento salga de su cuerpo
con el ímpetu de la pólvora inflamada
cuando huye del vientre del cañón.
BOTICARIO
De esas drogas tengo, pero las leyes de Mantua
castigan con la muerte a quien las venda.
ROMEO
¿Y tú temes la muerte, estando tan escuálido
y cargado de penuria? El hambre está en tu cara;
en tus ojos hundidos, la hiriente miseria;
tu cuerpo lo visten indignos harapos.
El mundo no es tu amigo, ni su ley,
y el mundo no da ley que te haga rico,
conque no seas pobre, viola la ley y toma esto.
BOTICARIO
Accede mi pobreza, no mi voluntad.
ROMEO
Le pago a tu pobreza, no a to voluntad.
BOTICARIO
Disolved esto en cualquier líquido
y bebedlo y, aunque tengáis el vigor
de veinte hombres, al instante os matará.
ROMEO
Aquí está el oro, peor veneno para el alma;
en este mundo asesina mucho más
que las tristes mezclas que no puedes vender.
Soy yo quien te vende veneno, no tú a mí
III
Solución
Solución
Lo que aquí vemos es un diálogo entre Romeo y un boticario. Romeo pide a este último un frasco que contenga veneno. El boticario, en un principio, se niega, pues aunque posea tal cosa,se castiga con la muerte a aquél que venda este tipo de brebaje. Tras Romeo convencerlo, poniéndole como excusa la extrema pobreza en la que vive el hombre, éste acepta venderle el veneno, le explica su funcionamiento y Romeo le da los cuarenta ducados, diciéndole que no es más peligroso el frasco que el hombre le vende, que el oro que él mismo le ofrece.
ResponderEliminarEl tema del siguiente fragmento de Romeo y Julieta es la firme decisión de Romeo de quitarse la vida por una pena de amor. Comprobamos que en este pasaje de la obra, Romeo se muestra impulsivo, exagerado e insensato ante el suceso ocurrido: la muerte de Julieta. Este, en realidad, no es el tema principal del fragmento, podemos tratarlo como subtema. El principal, aquí, es la locura, la muerte o incluso el amor, éste último más indirectamente. En otras ocasiones también hemos podido encontrarlo, por ejemplo más adelante, cuando Julieta despierta y encuentra muerto a su amado Romeo, y ella no duda en quitarse la vida. O cuando Fray Lorenzo accede a casarles a espaldas del padre de la joven, donde, igual, observamos la desesperación por unirse en matrimonio, la impulsividad,… todo ello en vuelto en una situación de locura. En toda la obra se reinventa la tragedia griega, sustituyendo la fuerza del destino por la de las pasiones, y en este fragmento, concretamente, observamos que lo que pierde a Romeo no es la voluntad de los dioses, sino el propio corazón humano, cuyos vicios le conducen a ese trágico final. Estas características forman parte de las tragedias de Shakespeare, y junto a éstas, también se encuentran los dramas históricos o las comedias.
En cuanto a la forma, el escenario en el que se sitúa la acción en ese momento es simple, es decir, no se advierte en ningún momento esfuerzo alguno por reducir la diversidad de ambientes. El lenguaje es coloquial y sencillo, nunca muy vulgar, algo reservado a las comedias en las obras clásicas. El fragmento (y toda la obra en general) está escrito en verso, pero, desgraciadamente, sucede que la rima se pierde en la traducción al castellano. Esto es para mayor disfrute del público y mejor forma de memorizar el papel de los actores. En este fragmento, los personajes adoptan un lenguaje diferente al del resto de la obra, y en varias escenas ocurre lo mismo.
En mi opinión, este fragmento está bien tratado. Al ser el tema la irrevocable decisión de Romeo por hallar la muerte, Shakespeare ha utilizado para este diálogo un tono más elevado, impaciente e indiscutible para el joven, contrastando con el lenguaje más simple del boticario, al cual, de esta manera, el lector hace pasar a un segundo plano.
Cada vez es mayor la tasa de suicidios en el mundo. Muchos de ellos para manifestarse contra alguna situación, es decir, para hacerse oír; por problemas de trabajo, morales, económicos, psicológicos, amorosos o incluso religiosos. Por ello, no es extraño oír hablar en las noticias de suicidios, pero aunque parezca normal, no lo es en absoluto, y al menos yo lo veo como un aviso de que algo, obviamente, no va del todo bien en nuestra sociedad. A mi parecer, todo es producto de la corrupción y de que el mundo se ha vuelto loco en los últimos siglos.
NOTA: perdón por el comentario crítico, es bastante pobre, lo reconozco.
¡Para el 8 de enero quiero las fotos!
¡Feliz Año!
Violeta Celia