Oriente no empieza en Beirut ni en El Cairo como creían los ingleses, sino en un meridiano que atraviesa Irán a 60º de latitud este. A levante de esta línea divisoria se encuentran dos matrices culturales muy poderosas: India y Lejano Oriente (China, Japón, Sudeste asiático). Al oeste de esa frontera están las otras dos: Oriente Medio y Europa con las excolonias anglosajonas esparcidas por el mundo.
A un lado están los del libro; judíos, cristianos y musulmanes, y al otro los del yoga. Unos leen y hablan con Dios o los santos; los otros respiran y vacían la mente. Todos buscan la buena vida, pero sus prácticas religiosas los llevan por caminos diversos.
El mito, una historia fundacional.
- Los arquetipos de Jung.
- La dualidad del bien y el mal, frente a Kali
- La Creación.
SAT
La certeza de que todos somos uno es la base de la moralidad en Oriente
El pecado original.
La enorme influencia que la tradición judeocristiana ha ejercido en la forma de entender la espiritualidad en Occidente se basa en el mito del pecado original. En Oriente no existe; en Oriente no nacen culpables. Por eso escribió Ling Yutang que para convertir a un chino al cristianismo lo primero es convencerle de que es culpable.
- Adán y Eva. Texto bíblico (Génesis 3,9)
- El diluvio
La oscuridad se ocultaba en la oscuridad. El todo era fluido e informe. Allí, en el vacío, por el fuego del fervor surgió el uno. Y en el Uno surgió el amor. El amor fue la primera semilla del alma. La verdad de esto la hallaron los sabios en en sus corazones: rastreando en sus corazones con sabiduría, los sabios hallaron ese lazo de unión entre el ser y el no ser.
Brahman y atman
Cuando Svetaketu tuvo doce años se le mandó a un maestro con el que estudió hasta cumplir los veinticuatro. Después de aprender todos los Vedas, regresó al hogar lleno de presunción en la creencia de que poseía una educación consumada, y era muy dado a la censura.
Su padre le dijo:
-Svetaketu, hijo mío, tú que estás tan orgulloso de tu ciencia y tan lleno de censuras, ¿has buscado el conocimiento por el cual oímos lo inaudible, y por el cual percibimos lo que no puede percibirse y sabemos lo que no puede saberse?
-¿Cuál es este conocimiento, padre mío? –preguntó Svetaketu.Su padre respondió:
-Al igual que conociendo un terrón de arcilla se conoce todo lo que está hecho de arcilla, pues la diferencia está sólo en el nombre puesto, así, hijo mío, te hablo del conocimiento que una vez adquirido hace que lo sepamos todo.
-Pero sin duda esos venerables maestros míos ignoran este conocimiento, puesto que si lo poseyeran me lo habrían comunicado. Dame pues, tú, padre mío, este conocimiento.
-Así sea –contestó el padre. Y dijo-: Tráeme un fruto del árbol del nyagrodha.
-Aquí está, padre.
-Rómpelo.
-Roto está, padre.
-¿Qué ves ahí?
-Unas simientes, padre, pequeñísimas.
-Rompe una.
-Rota está.
-¿Qué ves ahí?
-Nada.
El padre dijo:
-Hijo mío, en la esencia sutil que no percibes ahí, en esta esencia está el ser del enorme árbol del nyagrodha. En eso que es la sutil esencia, todo lo que existe tiene su yo. Eso es lo verdadero, eso es el Yo, y tú, Svetaketu, eres Eso.
-Por favor, padre –dijo el hijo- dime más.
-Así sea, hijo mío –respondió el padre y dijo-: Pon esta sal en agua y vuelve mañana por la mañana.
El hijo cumplió lo mandado.
A la mañana siguiente, el padre dijo:
-Tráeme la sal que pusiste en el agua.
Buscóla el hijo, pero no pudo encontrarla pues la sal se había disuelto.
El padre dijo:
-Prueba el agua de la superficie de la vasija. ¿Cómo es?
-Salada.
-Prueba la del medio. ¿Cómo es?
-Salada.
-Prueba del fondo. ¿Cómo es?
-Salada
El padre dijo:
-Tira el agua y vuelve.
Hízolo el hijo, pero la sal no se perdió, pues la sal existe para siempre. Entonces dijo el padre:
-Así igualmente, en este cuerpo tuyo, hijo mío, no percibes lo verdadero; pero ahí está realmente. En eso, que es la esencia sutil de todo lo que existe, tiene su yo. Eso es lo verdadero, eso es el Yo, y tú, Svetaketu, eres Eso.
Su padre le dijo:
-Svetaketu, hijo mío, tú que estás tan orgulloso de tu ciencia y tan lleno de censuras, ¿has buscado el conocimiento por el cual oímos lo inaudible, y por el cual percibimos lo que no puede percibirse y sabemos lo que no puede saberse?
-¿Cuál es este conocimiento, padre mío? –preguntó Svetaketu.Su padre respondió:
-Al igual que conociendo un terrón de arcilla se conoce todo lo que está hecho de arcilla, pues la diferencia está sólo en el nombre puesto, así, hijo mío, te hablo del conocimiento que una vez adquirido hace que lo sepamos todo.
-Pero sin duda esos venerables maestros míos ignoran este conocimiento, puesto que si lo poseyeran me lo habrían comunicado. Dame pues, tú, padre mío, este conocimiento.
-Así sea –contestó el padre. Y dijo-: Tráeme un fruto del árbol del nyagrodha.
-Aquí está, padre.
-Rómpelo.
-Roto está, padre.
-¿Qué ves ahí?
-Unas simientes, padre, pequeñísimas.
-Rompe una.
-Rota está.
-¿Qué ves ahí?
-Nada.
El padre dijo:
-Hijo mío, en la esencia sutil que no percibes ahí, en esta esencia está el ser del enorme árbol del nyagrodha. En eso que es la sutil esencia, todo lo que existe tiene su yo. Eso es lo verdadero, eso es el Yo, y tú, Svetaketu, eres Eso.
-Por favor, padre –dijo el hijo- dime más.
-Así sea, hijo mío –respondió el padre y dijo-: Pon esta sal en agua y vuelve mañana por la mañana.
El hijo cumplió lo mandado.
A la mañana siguiente, el padre dijo:
-Tráeme la sal que pusiste en el agua.
Buscóla el hijo, pero no pudo encontrarla pues la sal se había disuelto.
El padre dijo:
-Prueba el agua de la superficie de la vasija. ¿Cómo es?
-Salada.
-Prueba la del medio. ¿Cómo es?
-Salada.
-Prueba del fondo. ¿Cómo es?
-Salada
El padre dijo:
-Tira el agua y vuelve.
Hízolo el hijo, pero la sal no se perdió, pues la sal existe para siempre. Entonces dijo el padre:
-Así igualmente, en este cuerpo tuyo, hijo mío, no percibes lo verdadero; pero ahí está realmente. En eso, que es la esencia sutil de todo lo que existe, tiene su yo. Eso es lo verdadero, eso es el Yo, y tú, Svetaketu, eres Eso.
Se conoce como Upaniṣad a cada uno de los más de 200 libros sagrados hinduistas escritos en idioma sánscrito entre el siglo VII a. C. y principios del siglo XX d. C.
Las Upanishads son textos de muy diversa longitud y forma (en prosa, verso o mixtos) concebidos en un tiempo de transición, de gran fermento espiritual, cuando la religión védica, de los que habían sido pastores seminómadas, se revelaba cada vez mas anacrónica ante la creciente sedentarización y el surgimiento de los primeros estados en el valle del Ganges y centro de la India. Algunas de las Upanishads son:
El tema dominante en las Upanishads es el de Brahman, un principio neutro y absoluto, que abarca todo el universo y que no puede definirse con palabras, pero que puede ser intuido mediante un lenguaje poético y las explicaciones de un maestro. En estos textos lo importante no es la acción sino la gnosis, la percepción de la unidad entre el individuo y el todo, la comunión espiritual con Brahman. Algunos de sus principios son:
•la reafirmación de un ente individual que perdura después de la muerte (atman)
•la de la reencarnación del alma o transmigración
•la influencia positiva o negativa de los actos en vidas futuras (karma)
Fuente aquí
¿Sabes a quiénes representan las siguientes imágenes? (una, pertenece al pintor renacentista Ludovico Mazzolino ; la otra no está sacada de un concierto de death metal, sino de la página Corazón Católico):
Las dos imágenes siguientes corresponden a los dioses hindúes Vishnu, el creador y Shiva el destructor:
A Oriente y Occidente los separa la idea de los grandes ciclos recurrentes de la historia. La imagen mitológica que se usa para describir la llegada del fin de los tiempos, y luego el retorno de la creación es el diluvio universal. En los ciclos de renovación, el mundo se hunde otra vez en las aguas primordiales y vuelve a salir con otra forma. Esto, para las mitologías, sucedía automática y matemáticamente, pero en Mesopotamia, hacia el 2500 a.C., aparece una nueva versión del diluvio en textos sumerios: Dios envía el diluvio como castigo por los pecados de la humanidad. Dios y el hombre se separan el uno del otro y, en tensión, el uno contra el otro. Ya no es un diluvio automático, impersonal. Se pierde el sentido de maravilla y magnitud de los ciclos impersonales; el viejo ciclo de inundación y recreación es un tema grandioso y magnífico; es el florecimiento de un ser cósmico del cual nosotros somos parte.
También hubo diluvio en la mitología hindú
Se hablaba en los antiguos textos hindúes Bhagavata Purana y en los vedas de una historia similar a la del arca de Noé: se cuenta que lluvias torrenciales arrasaron la tierra y alguien construyó una gran arca donde preservó a su familia y a todos los animales de la tierra.
En la mitología hindú, Matsia (que significa “pez” en sánscrito) fue el primer avatar del dios Vishnú de acuerdo al Garuda puraṇá y, el décimo según el Bhāgavata puraṇá.
Cuenta la historia que Matsya se le apareció en forma de pez al rey Manu (cuyo nombre original era Satiavrata) que era entonces rey de Dravida, cuando éste se lavaba las manos en un río. El pececito le pidió que lo salvara, por lo que el rey lo puso dentro de su recipiente. El pez creció, y el rey tuvo que ponerlo en un charco. Volvió a crecer y el rey lo puso en un lago. Volvió a crecer y el rey lo puso en el océano.
En agradecimiento, Matsia previno al rey de que vendría un gran diluvio que inundaría toda la tierra. El rey construyó un gran barco, donde puso a salvo a su familia, semillas de todos los arboles y plantas y el semen de todos los animales para repoblar la Tierra. Enganchó la nave con la serpiente Shesha como soga al cuerno del pez Matsia, que los arrastró a través del diluvio y los puso a salvo en las montanas.
Matsia se representa como un pez con un cuerno en la frente (de donde enganchó con una soga al arca de Manu), o como Vishnú (varón azul de cuatro brazos) con cola de pez. A veces parece más bien que un gran pez estuviera comiendo los miembros inferiores de Vishnú.
En la mitología hindú, Matsia (que significa “pez” en sánscrito) fue el primer avatar del dios Vishnú de acuerdo al Garuda puraṇá y, el décimo según el Bhāgavata puraṇá.
Cuenta la historia que Matsya se le apareció en forma de pez al rey Manu (cuyo nombre original era Satiavrata) que era entonces rey de Dravida, cuando éste se lavaba las manos en un río. El pececito le pidió que lo salvara, por lo que el rey lo puso dentro de su recipiente. El pez creció, y el rey tuvo que ponerlo en un charco. Volvió a crecer y el rey lo puso en un lago. Volvió a crecer y el rey lo puso en el océano.
En agradecimiento, Matsia previno al rey de que vendría un gran diluvio que inundaría toda la tierra. El rey construyó un gran barco, donde puso a salvo a su familia, semillas de todos los arboles y plantas y el semen de todos los animales para repoblar la Tierra. Enganchó la nave con la serpiente Shesha como soga al cuerno del pez Matsia, que los arrastró a través del diluvio y los puso a salvo en las montanas.
Matsia se representa como un pez con un cuerno en la frente (de donde enganchó con una soga al arca de Manu), o como Vishnú (varón azul de cuatro brazos) con cola de pez. A veces parece más bien que un gran pez estuviera comiendo los miembros inferiores de Vishnú.
Otra leyenda en el Bhágavata-purana (siglo XI)
Hace mucho tiempo, cuando la vida apareció en la Tierra, un terrible demonio aterrorizó la Tierra. Impedía que los sabios realizaran sus rituales y robó los sagrados Vedas. Se refugió en el interior de una caracola en las profundidades del océano. Brahmā, creador del mundo, se acercó a Visnú pidiéndole ayuda. Este inmediatamente adoptó la forma de un pez y se sumergió en el océano. Mató al demonio, le abrió el estómago y extrajo los Vedas, que dentro de la panza cuádruple del demonio se habían convertido en cuatro: Rig, Sama, Iáyur y Átharva.
El o la Bhagavad-gītā es un importante texto sagrado hinduista. Se lo considera uno de los clásicos religiosos más importantes del mundo. Es parte del texto épico Majabhárata (posiblemente del siglo III a. C.). Consta de 700 versos.
Su contenido es la conversación entre Krisna y su primo y amigo Aryuna en la guerra de Kurukshetra. Respondiendo a la confusión y el dilema moral de Aryuna, Krisna explica a éste sus deberes como guerrero y príncipe, con doctrinas yóguicas y vedánticas.
Krishna y Arjuna
En el sexto libro de el Mahabharata llegamos al núcleo mismo de esta gran épica: el episodio conocido como el Bhagavad Gita, 'el Canto del Señor'. Toma la forma de un discurso espiritual en el cual Krishna inspira e ilumina a Arjuna con su sabiduría divina. Cuando la Batalla de Kurukshetra comenzó, Arjuna le dijo a Krishna: “Por favor, coloca mi cuadriga entre las dos formaciones de batalla de modo que pueda ver a los que están sedientos de guerra.” Pero al escrutar el escenario de la batalla, vio entre los mortales oponentes a aquellas mismas almas que él siempre había estimado.
Abrumado por la pena, Arjuna, por primera vez en su vida de incomparable heroísmo, mostró una inimaginable expresión de pusilanimidad. “Mi cuerpo tiembla, mi boca está reseca, mis miembros flaquean, mis cabellos se erizan. El arco se me escurre de la mano y mi mente se tambalea. Me cuesta incluso permanecer en pie. Krishna, yo no busco la victoria sobre mis presentes enemigos. No busco reino ni comodidad. Déjalos atacar. No lanzaré mi arma contra ellos[...]”
Con un arma mortal tras otra, Arjuna atacó a Sri Krishna. Estaba firmemente decidido a abandonar sus armas de guerra para siempre. Comenzó pronosticando la masacre de sus congéneres, la completa calamidad de la destrucción de la familia. [...] Con toda sinceridad, prefiero mi muerte que nuestra victoria.”
Dejando caer su arco y sus flechas, se hundió en su cuadriga y gritó: “Luchar no es para Arjuna. Krishna, no lucharé.”
Krishna le dijo a Arjuna: “¡No te rindas a la flaqueza! Tu corazón ha sido siempre un perfecto extraño del temor. Esta es una batalla divina, por tanto no temas dar muerte a otros, ni ser matado. La realidad que abarca el universo es la Vida inmortal. El cuerpo es perecedero. El alma, lo real en el hombre, o el hombre real, es imperecedera, inmortal. El alma no mata ni es matada. Más allá del nacimiento y la muerte, constante y eterna, está el alma. El conocedor de esta verdad ni extermina ni es exterminado.”
Aquí en el campo de batalla Krishna estaba ofreciendo su altísima sabiduría a Arjuna, desvelando los secretos de la vida y la muerte.
“Igual que una persona se quita sus ropas usadas y se pone unas nuevas, también el alma encarnada abandona el cuerpo gastado y entra en una forma nueva para la manifestación. Las armas no pueden atravesar el alma. El fuego no puede quemar el alma. El agua no puede mojar el alma. El viento no puede secar el alma. Sabiendo esto, Arjuna, sé en un mero instrumento.”
El hinduismo no posee fundador, ya que no es una sino varias religiones diferentes, a las que erróneamente se les aplica el mismo nombre. Es un conjunto de creencias metafísicas, religiosas, cultos, costumbres y rituales que conforman una tradición, en la que no existen ni órdenes sacerdotales que establezcan un dogma único, ni una organización central.
En el hinduismo, el dharma es la ley universal de la naturaleza, ley que se encuentra en cada individuo lo mismo que en todo el universo. A nivel cósmico esta ley se concibe manifestada por movimientos regulares y cíclicos. Por este motivo se simboliza al dharma como una rueda que torna o gira sobre sí misma. Este símbolo es el que se encuentra en la bandera de la India.
El budismo es una «doctrina filosófica y religiosa» no teísta derivada del brahmanismo. El budismo fue fundado en la India en el siglo VI a. C. por Buda Gautama y ha ido evolucionando hasta adquirir la gran diversidad actual de escuelas y prácticas.
CHIT
El taoísmo, una ética ecológica
道
德
經
Tao Te King
El Tao Te King, cuya autoría se atribuye a Lao Tse, ("Viejo Maestro"), es un texto clásico chino cuyo nombre procede de 道 dào "el camino" y 德 dé "virtud", o "poder", con el añadido 經 jīng, "libro clásico". Según la tradición, fue escrito alrededor del siglo VI a. de C. Este texto es uno de los fundamentos del taoísmo filosófico y tiene un papel importante en la religión china, relacionada también con el budismo, que se fundió en gran medida con los conceptos taoístas. En China la filosofía de la naturaleza y la visión del mundo están impregnadas del pensamiento taoísta y así muchos artistas, pintores, calígrafos y hasta jardineros han usado este libro como fuente de inspiración. Su influencia se ha esparcido también más allá del Lejano Oriente, ayudada por las muchas traducciones diferentes del texto a lenguas occidentales. Uno de sus pasajes dice:
-V-
El cielo y la tierra no son benevolentes.
Para ellos, los seres humanos son como perros de paja*.
El Sabio tampoco es benevolente.
Para Él, los seres humanos son como perros de paja.
El espacio entre Cielo y Tierra es semejante a una flauta,
está vacío, pero no se hunde; si se moviliza, más y más, sale de Él.
Ante Él, las muchas palabras se agotan. Mas vale conservar lo esencial.
Para ellos, los seres humanos son como perros de paja*.
El Sabio tampoco es benevolente.
Para Él, los seres humanos son como perros de paja.
El espacio entre Cielo y Tierra es semejante a una flauta,
está vacío, pero no se hunde; si se moviliza, más y más, sale de Él.
Ante Él, las muchas palabras se agotan. Mas vale conservar lo esencial.
*Los perros de paja son algo así como las fallas: elementos que se construían para ser sacrificados en el fuego durante ciertas celebraciones.
La diferencia entre el taoísmo y el budismo es que el budismo es más austero y el taoísmo, más vitalista. Según el budismo la causa del sufrimiento son los deseos. Manera de suprimir el sufrimiento: eliminar los deseos. Demasiado drástico. Es una felicidad a base de eliminar deseos. Realizarlos es más divertido.
El taoísmo es un sistema de pensamiento que observa la naturaleza y entiende la relación de los seres humanos entre sí no como elementos sociales sino en la medida en que forman parte del orden natural. El taoísmo no se aprende en los libros, sino en contacto con la naturaleza y vaciando la mente, con atención pero sin intención. La pintura y la poesía taoístas tratan de expresar el ritmo vital, el chi, que es la energía del modelo que observa el pintor o el poeta.
La diferencia entre el taoísmo y el budismo es que el budismo es más austero y el taoísmo, más vitalista. Según el budismo la causa del sufrimiento son los deseos. Manera de suprimir el sufrimiento: eliminar los deseos. Demasiado drástico. Es una felicidad a base de eliminar deseos. Realizarlos es más divertido.
- El budismo recomienda meditación, respiración, mente en blanco [...] para llegar a un vacío mental, conceptual.
- El taoísmo invita a estar en el mundo y vivir. Cuando habla de vacío, se refiere al vacío de la materia, a lo opuesto a la materia.
El taoísmo es un sistema de pensamiento que observa la naturaleza y entiende la relación de los seres humanos entre sí no como elementos sociales sino en la medida en que forman parte del orden natural. El taoísmo no se aprende en los libros, sino en contacto con la naturaleza y vaciando la mente, con atención pero sin intención. La pintura y la poesía taoístas tratan de expresar el ritmo vital, el chi, que es la energía del modelo que observa el pintor o el poeta.
Me preguntan por qué vivo solitario
en esta montaña azulada. Sonrío sin responder.
Mi espíritu se encuentra a gusto.
El melocotonero está en flor
El melocotonero está en flor
y los torrentes corren sin dejar trazas.
¡Qué distinto es todo esto del mundo de los hombres!”
¡Qué distinto es todo esto del mundo de los hombres!”
- Dos polos de sensibilidad: el mar griego y apolíneo (actuar para conocer)/ el bosque taoísta (conocer para actuar).
- Conceptos básicos del taoísmo: naturalidad y espontaneidad. El taoísmo no llega al conocimiento por una acción previa, sino por una no acción.
a) Sigue la línea de menor resistencia
b) espera el momento de retorno
TSU-JAN ('conocer nada'). La espontaneidad consiste para la mente en reflejar como un espejo, desinteresadamente, lo que se pone delante de él.
Agua y espejo son las claves para penetrar en el sentimiento intuitivo del tao; Chuang Tse une estas imágenes en la metáfora del remanso:
"Cuando el agua está quieta es un espejo"
Nadie se mira en sus aguas turbias. El agua deriva su lucidez de la quietud. Así, la mente solo refleja con precisión lo exterior cuando está calmada, vacía, desinteresada y limpia.
Gracias al sol florecen los perales y duraznos,
¡qué lujo y seducción esparcen sus bellas flores!
El viento del Este acaricia todas las cosas,
y árboles, y hierbas parecen querer hablar.
Las ramas desnudas se visten de follaje
y la fuente seca reemprende su curso.
La fuerza suprema hace girar el cielo y la tierra,
el tiempo jamás deja su látigo en reposo...
Hasta el oro y la piedra se convertirán en polvo,
nada se perpetúa bajo el viento y la helada.
En el temor de morir, después que el sol y la luna se pongan,
propongámonos estar contentos, bebamos y cantemos.
El hielo del otoño atacará de pronto sin piedad los
débiles sauces y las cañas.
¡qué lujo y seducción esparcen sus bellas flores!
El viento del Este acaricia todas las cosas,
y árboles, y hierbas parecen querer hablar.
Las ramas desnudas se visten de follaje
y la fuente seca reemprende su curso.
La fuerza suprema hace girar el cielo y la tierra,
el tiempo jamás deja su látigo en reposo...
Hasta el oro y la piedra se convertirán en polvo,
nada se perpetúa bajo el viento y la helada.
En el temor de morir, después que el sol y la luna se pongan,
propongámonos estar contentos, bebamos y cantemos.
El hielo del otoño atacará de pronto sin piedad los
débiles sauces y las cañas.
Pintar un cuadro taoísta
Supongamos que queremos captar el fluir del universo y realizar un cuadro que capte la esencia de una flor. Ya tenemos un cuerpo de conocimiento (por muy básico que sea) y nos enfrentamos a la experiencia de pintar un cuadro teniendo en cuenta los principios del taoísmo. En ese momento disponemos nuestros lienzo, pincel y colores delante del motivo y estamos preparados para “percibir la naturaleza” de esa flor. Aquí ya tenemos un doble problema: (1) por una lado estamos recordando un conocimiento, que es pasado, y que se está interponiendo en el presente entre el observador y lo observado. Pero a su vez, (2) está el problema de querer pintar una flor bajo los principios del taoísmo. Aquí estamos proyectando un deseo hacia el futuro, por tanto, tampoco estamos observando lo que es en el presente porque tenemos el futuro entre el motivo y nosotros.
Vemos entonces cómo el conocimiento, que es pasado, se interpone en esa unión pretendida entre el observador y lo observador, y por su parte, el deseo, que es futuro también se interpone. ¿Qué podemos hacer? A nivel intelectual no hay salida. Por eso la única alternativa que nos queda es no hacer nada y abandonarnos simplemente a la contemplación y, si esa sintonía se produce, que sea bienvenida.
Fuente aquí
¿Me preguntas por qué habito
en estas colinas verdes jade?
Yo sonrío. No hay palabras para expresar
el sosiego de mi corazón.
¡Que fascinante la flor del melocotón
arrastrada por la corriente del agua!
Aquí vivo en otro reino
más allá del mundo de los hombres.
Un día de verano, en la montaña
Agito suavemente un abanico de plumas blancas,
sentado, la camisa abierta, entre las hojas verdes.
Me quito el sombrero y lo cuelgo de un saliente en la roca;
Desde los pinos la brisa se desliza
sobre mi cabeza desnuda.
sentado, la camisa abierta, entre las hojas verdes.
Me quito el sombrero y lo cuelgo de un saliente en la roca;
Desde los pinos la brisa se desliza
sobre mi cabeza desnuda.
Paseo
Hacia la noche, no sabiendo donde fijar mi pensamiento
conduzco mi carro por la vieja meseta.
conduzco mi carro por la vieja meseta.
El esplendor del sol poniéndose es inefable;
la sombra del crepúsculo se aproxima a su pesar.
la sombra del crepúsculo se aproxima a su pesar.
Li Chang-Yin, Li Shangyin, ???
(813-858)
(813-858)
El taoísmo en el plano social
Zhuangzi fue un famoso filósofo de la antigua China que vivió alrededor del siglo IV a.C. Se le considera el segundo taoísta más importante, por detrás tan sólo de Laozi, y heredero del pensamiento de este último. También es considerado un precursor, mucho más explícito que su maestro, de lo que se llamaría con el tiempo anarquismo.
Al libro taoísta Zhuangzi (莊子) se le conoce con el nombre de su autor.
El pensamiento de Zhuangzi se puede considerar como un precursor del multiculturalismo y relatividad. Su relatividad frente al pensamiento sistemático lo lleva a dudar de la base de los argumentos pragmáticos, pues esto presupone que la vida es buena y la muerte es mala. En "La Gran Felicidad" 至樂, Zhuangzi le expresa lástima a un cráneo que ve tirado al lado del camino. Zhuangzi lamenta que el cráneo esté ya muerto, pero el cráneo le contesta, "¿Y cómo sabes que es malo estar muerto?".
En el capítulo 9 recoge la tradición taoísta que condena las diferencias sociales, el poder del Estado y el interés privado y propugna la ayuda mutua, apelando a una perdida edad de virtud perfecta basada en la cooperación:
En la Antigüedad la condición humana era idéntica. Los hombres tejían todos sus propios vestidos y todos cultivaban la tierra para subsistir. Era la Virtud de la vida llevada por todos del mismo modo (tongde). Estaban unidos en un solo grupo social; eso es lo que llamamos libertad concedida de forma natural por el Cielo. En esa edad de virtud perfecta, los hombres vivían en común con los pájaros y las bestias salvajes, y toda la creación no formaba más que una sola familia ¿Cómo podrían conocer la diferencia entre príncipe y súbdito?
El Liezi 列子, atribuido a Lie Yukou , es una de las tres obras fundamentales del taoísmo filosófico, junto con las más conocidas de Laozi y Zhuangzi. En el capítulo 1.º del libro II se describe un reino mítico en que
«no hay jefes y todo funciona por sí mismo, el pueblo carece de deseos, y todo se desarrolla de forma natural».
El revolucionario chino del siglo XX Sun Yat-sen consideró este libro como precursor del anarquismo. En sus Tres Principios del Pueblo escribió: «el reino de Huaxushi, del que Liezi dice que sus habitantes no tienen ni jefe ni ley, es el estado de naturaleza pura, ¿acaso no es eso anarquismo?».
Fuente: Wikipedia
La razón, el lenguaje, y su relación con la realidad
Heráclito pensaba que el mundo procedía de un principio natural: el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, sino como una metáfora. El principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas.
He aquí algunas frases de Heráclito:
2. La “fusión de opuestos o de la identidad entre los fenómenos opuestos”. En la física subatómica no funcionan los principios racionales. “Las partículas materiales, el electrón, por ejemplo, se comportan de modo contrario a la lógica racional, porque son simultáneamente A y no A, y son a la vez corpúsculo y onda”.
Otras formas de expresarse consisten en la poesía. El taoísmo siente predilección por la paradoja:
He aquí algunas frases de Heráclito:
- «En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos]» (citado a menudo como «Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río»).
- «La armonía invisible es mayor que la armonía visible».
- «Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y que la justicia es discordia».
- Heráclito reprocha al poeta que dijo: «¡Ojalá se extinguiera la discordia de entre los dioses y los hombres!», a lo que responde: «Pues no habría armonía si no hubiese agudo y grave, ni animales si no hubiera hembra y macho, que están en oposición mutua»
La física moderna y el tao
El físico cuántico Fritjof Capra ha sistematizado en un libro (The Tao of Phisic) el paralelismo entre la física moderna y el misticismo oriental, entre los aspectos paradójicos del Zen y las paradojas de la teoría cuántica.
1. Idea de unidad y mutua interrelación entre todas la cosas y sucesos. En modo alguno, la realidad puede ser fragmentada. La fragmentación es producto de nuestro sistema racional. No existen partes por separado o con existencia independiente. Esta concepción científica del universo concuerda más con el panteísmo unitario de las filosofías orientales”.
3. Concepción de que la realidad en devenir es ese fluir que con tanta penetración intuyó Heráclito. “Einstein afirma que lo que llamamos partículas elementales son modos convenientes de agrupar ese suceso; es decir, que las partículas no existen, sino que son conjuntos de sucesos, agrupados por el observador, que llamamos electrón o protón”.
Fuente aquí
Las palabras son una foto fija de la realidad, que es una película en cuatro dimensiones. Lo racional es instrumental. Manipular la realidad no es entenderla no aceptarla. Pensamos linealmente y hablamos linealmente, pero la realidad es interrelacionada, matricial u holográfica.
Para oír música o disfrutar un poema, usar el pensamiento racional es contraproducente: los conceptos anulan la emoción. ¿Qué queremos, la emoción o el comentario?
La razón es comparable a un software. Un software que inventaron los griegos hacia el 500 a.C. Pero el ordenador de nuestro conocimiento admite otros programas: la intuición, la contemplación o la analogía, entre otros.
Además del matemático Kurt Gödel, en su teorema de la incompletitud, y muchos otros, uno de los científicos más importantes del siglo XX, el físico cuántico Werner Heisenberg, al presentar su principio de incertidumbre expresaba la ncesidad de una forma diferente de aproximarse a la realidad:
"En la explicación de estos experimentos me he visto obligado a usar el lenguaje y la lógica aristotélica porque no hay otros. Pero para describir el comportamiento de las partículas elementales, que son partículas y ondas a la vez., que pasan por diferentes sitios simultáneamente, se necesita una lógica no aristotélica"
Otras formas de expresarse consisten en la poesía. El taoísmo siente predilección por la paradoja:
- Lao Tse la explica así: “Las palabras que son estrictamente verdaderas parecen paradójicas”.
- Chuang Tzu dice: “Lo que es uno es uno. Lo que es no uno es también uno”. "El que viene va" (The Sacred Books of the East. Lao-Tse. P.120).
- Krishna afirma: El NO-SER jamás ha existido, y el Ser jamás ha dejado de existir. La Inacción es una forma de acción. (Bhagavadgiitaa II: 16).
Krishnamurti, sobre el pensamiento:
Jung y la sincronicidad.- El pensamiento es el fracaso de la acción
- El pensamiento es siempre viejo.
- El pensador es el pensamiento
En la ciencia occidental se utiliza el concepto de causa-efecto en el que se basa la física newtoniana; pero en la física moderna este principio no se cumple en algunos casos: parece que hay ciertos sucesos que no tienen una causa física y que todavía no se sabe exactamente cómo proceden. Así lo definió karl Gustav Jung en Sincronicidad: un principio de relación no causal.
Jung llegó a la conclusión de que hay una íntima conexión entre el individuo y su entorno, que en determinados momentos ejerce una atracción que acaba creando circunstancias coincidentes, con un significado simbólico. Son este tipo de eventos los que solemos achacar a la casualidad, la suerte o incluso a la magia, según las perspectivas que tenemos.
La sincronicidad nos representaría en el plano físico por ejemplo, la idea o solución que se esconde en nuestra mente, maquillada de sorpresa y coincidencia. Una experiencia sincrónica suele venir a nuestras vidas cuando menos nos lo esperamos, pero en el momento exacto, cambiando en ocasiones la dirección de nuestras vidas e influyendo en nuestros pensamientos.
fuente: aquí
El I Ching
經
易
El I Ching es un libro oracular chino cuyos primeros textos se suponen escritos hacia el 1200 a. C. El término i ching significa ‘libro de las mutaciones’. Su contenido original es de procedencia taoísta. Es un libro adivinatorio y también un libro moral, a la vez que por su estructura y simbología es un libro filosófico y cosmogónico.
La filosofía del I Ching supone un universo regido por el principio del cambio y la relación dialéctica entre los opuestos. Los cambios se suceden de manera cíclica, como las estaciones del año, lo cual muestra claramente el concepto taoísta del yin y yang.
En cierto modo el I Ching considera el cambio como la única realidad existente, el ser.
Su filosofía moral se inspira en la naturaleza y las formas en que ésta procede, de manera que las figuras del I Ching encuentran su correlato en la vida política y se comportan como metáforas de la conducta correcta.
ANANDA
La gran mayoría de las personas
qué vacía y mal se siente, porque usa
las cosas para deleitar su corazón,
en lugar de usar su corazón para
disfrutar de las cosas.
qué vacía y mal se siente, porque usa
las cosas para deleitar su corazón,
en lugar de usar su corazón para
disfrutar de las cosas.
El ego, una construcción social. El arpa china.
Alan Watts, en la línea de las filosofías orientales, afirma: "No venimos a este mundo, salimos de él. Igual que el océano ondula, el universo puebla". El ego es una institución social, como el calendario o el sistema métrico decimal. Lo que más nos creemos que somos en realidad no es nada nuestro. El ego es un conjunto de recuerdos y proyectos. Esas ideas o imágenes ocupan nuestra mente y las tomamos por nuestra identidad. No es que exista un ego y este tenga una idea, un recuerdo o un proyecto: es que esa idea, ese recuerdo y ese proyecto son el ego. ¿Qué es el ego?: Memorias, si miras atrás; deseos y proyectos si miras hacia delante. Siempre en la imaginación. Todo menos lo que hay en el momento.
Pero en realidad somos la totalidad del instante. No estamos separados, el ego y el resto. Nos guste o no, pero esa es la trampa de las palabras. Cuando aparece el ego, nos separamos de la realidad. Y ahí nos empezamos a perder. El pensamiento divide la realidad en yo y el resto: sujeto que piensa y mundo que es percibido. Si paras el pensamiento estás aquí y ahora, Si no, la vida es lo que nos pasa mientras nosotros hacemos otros planes, como decía John Lennon.
Pero en realidad somos la totalidad del instante. No estamos separados, el ego y el resto. Nos guste o no, pero esa es la trampa de las palabras. Cuando aparece el ego, nos separamos de la realidad. Y ahí nos empezamos a perder. El pensamiento divide la realidad en yo y el resto: sujeto que piensa y mundo que es percibido. Si paras el pensamiento estás aquí y ahora, Si no, la vida es lo que nos pasa mientras nosotros hacemos otros planes, como decía John Lennon.
Cuento Taoísta del Arpa de Lungmen
Había una vez, en la quebrada de Lungmen un antiguo árbol Kiri. Se dice que tenía tan alta cima que podía conversar con las estrellas y tan profundas raíces en la tierra que sus anillos de bronce se mezclaban con los del dragón que dormía en sus entrañas. Ocurrió que un hechicero logró transformar este bellísimo árbol en un arpa encantada que sólo dejaría salir sus melodiosas notas cuando la tocara el músico más grande del mundo.
Inútilmente, su propietario, el Emperador de China, había invitado a los mejores artistas a tocar aquel arpa: no lograron más que desentonaciones que hacían rechinar dientes y orejas.
Al final se presentó Peiwoh, el príncipe de los arpistas. El viejo músico se quedó mirando el arpa un buen rato. Entonces empezó a tocarla y ella a sonar de la manera más armoniosa. El Emperador y su Corte, extasiados, preguntaron a Peiwoh cuál era el secreto de su arte: "Cómo lo has hecho?". Él respondió: "Todos los demás músicos han fallado porque sólo se cantaban a sí mismos; yo dejé libre al arpa para escogiese su tema, que habla de los torrentes que regaban sus raíces, de los pájaros que anidaban en sus ramas; del esplendor del bosque al salir el sol, de la dulzura del claro de luna, del silbido del viento y el murmullo de la lluvia. En realidad, no sabría si el arpa era Peiwoh o si Peiwoh era el arpa".
Este es el objetivo: la desaparición del yo. La gran diferencia entre la estética oriental y la occidental es que en la oriental el yo no está. En cambio, en la poesía occidental, la lírica siempre es el yo: yo sufro, yo amo, yo muero, etc. En la poesía oriental el yo no está, porque el artista delante del arpa no canta lo que él quiere, sino que intenta entender qué lleva dentro el arpa.
Aquí y ahora. El satori. Los koan.
Hay que estar y ser aquí y ahora, porque no hay otro sitio. Lo ocurrido hace un segundo ya pasó y solo puedes cambiarlo en tu recuerdo, no en la realidad; y el futuro aún no está. Planear es útil para ciertas cosas, pero ¿qué ocurre si lo que llega no se adapta a lo que tú deseabas?
Lo único que impide estar aquí y ahora es el pensamiento. En tu mente puede haber muchas cosas, pero la realidad es lo que tienes delante.
La realidad es un continuo fuera del tiempo y del pensamiento. Las palabras lo rompen, lo adulteran, lo condicionan. La esencia del budismo y del zen es transmitir una experiencia de la realidad, no su concepto. El continuo de la realidad se debe intuir de golpe. No se llega a ello sumando partes, sino que se capta o no se capta. Un satori (en japonés) o samadhi es la aprehensión de ese continuo directa e intuitivamente, y no con conceptos. Se puede llegar a él por medio de la meditación, o de la pintura o la poesía, el arte de la espada, el jardín zen, o con la ayuda de un koan:
Un kōan 公案 es un problema absurdo o ilógico que el maestro plantea al alumno.
El maestro da unas palmadas y dice:
"Este el sonido de dos manos,
¿cuál es el sonido de una sola mano?"
Con ello, lo que hace ver es que combinando palabras puedes llegar a cosas absurdas que no sirven para captar la realidad. Así, el maestro empuja más allá de las palabras. Otro koan:
"La azada está en mis manos y sin embargo estoy con las manos vacías"
El tiempo es lo que hace que tengas las manos ocupadas o vacías, pero si uno sale de esa dimensión las dos posibilidades son válidas, porque en la totalidad, en el satori, están todos los instantes. Cuando entra el yo, la realidad se bifurca en sujeto y objeto y hay tiempo y espacio. El pensamiento es racional y resulta imposible que la azada esté y no esté, pero el satori desaparece.
Lo que intenta el zen es transmitir ese satori, fuera del mundo, fuera del espacio y el tiempo. El zen viene de una confluencia cuando Bodhidharma, que es un maestro budista hindú, se va a China. Allí se encuentra con la tradición china (confucianismo, taoísmo) y esta mezcla de la filosofía hindú budista, que es metafísica, con la mentalidad de psicología práctica de los chinos, crea el zen, La palabra zen viene de cha, el té, que se usaba para meditar. De China pasó a Japón y allí inspiró toda una estética.
Los haiku
El zen se capta mejor a través de las manifestaciones artísticas que a través de una idea. Hay que ver el haiku como uno de los caminos del zen. El haiku es un tipo de poesía que intenta comunicar el zen. Son versos de cinco, cinco y siete sílabas.
El viejo estanque
se zambulle una rana
el sonido del agua.
Esto es un satori porque la realidad está pasando a través de nosotros y volviendo a la realidad. No hay personaje, no hay ego, no hay primera persona. No hay yo: hay una percepción; hay la realidad , que es lo que busca el zen.
En los haikus se suele dar una serie de ingredientes:
2. Soledad:
Por este camino
no pasa nadie
el atardecer de otoño está cayendo.
Las hierbas del jardín caen
y, al caer,
yacen
4. Lo inefable:
Nos dijeron palabra,
el visitante, el anfitrión
y el crisantemo blanco.
¡Qué admirable
es aquel que no piensa que la vida
es fugitiva cuando ve un rayo!
6. Paradojas y contradicciones.
7. Sensación de libertad:
Confía,
¿acaso los pétalos no caen
simplemente así?
8. Cada cosa está en su sitio:
Copos de nieve
caen lentamente
cada uno en su sitio
Los días lentos
se apilan, evocando
un viejo antaño.
Yosa Buson (1716-1784)
trad. de Antonio Cabezas
se apilan, evocando
un viejo antaño.
Yosa Buson (1716-1784)
trad. de Antonio Cabezas
El siguiente es de Kobayashi Issa, otro gran maestro haijin:
De no estar tú,
demasiado enorme
sería el bosque.
Kobayashi Issa (1763-1827)
trad. de Antonio Cabezas
demasiado enorme
sería el bosque.
Kobayashi Issa (1763-1827)
trad. de Antonio Cabezas
El cuarto ejemplo es de otro autor clásico, Masaoka Shiki:
Corté una rama
y clareó mejor
por la ventana.
Masaoka Shiki (1867-1902)
trad. de Antonio Cabezas
y clareó mejor
por la ventana.
Masaoka Shiki (1867-1902)
trad. de Antonio Cabezas
Fuente aquí
En occidente nos han enseñado que gozar es malo. Cuando uno lo pasa mal y sufre, el cristianismo dice que se "está ganando el Cielo", porque somos culpables y tenemos que pasar por un castigo. También se nos dice que el gozo se consigue a base de comprar y tener. Oriente, con sus medios para llegar a la consciencia, demuestra que vale tener cosas sin apegarnos a ellas. La infelicidad viene del desajuste entre lo que hay fuera y lo que hay dentro: lo de fuera no suele cambiar para adaptarse a nuestras expectativas y deseos. Con dinero a veces movemos las cosas unos milímetros, pero es más barato y más eficaz modificar lo de dentro: deseos, ilusiones, esperanzas y, sobre todo, la actitud con la que se aborda la vida. El gozo, ananda, es la fusión , coincidencia o armonía entre lo que queremos y lo que está pasando, y un 90% de eso lo hemos de poner nosotros de dentro. Por eso, la felicidad no viene de fuera hacia dentro, sino de dentro afuera, a través del amor:
La mayoría de las personas son infelices y están inquietas porque no usan el corazón para disfrutar de las cosas, sino que usan las cosas para regocijar el corazón.
Liu Yan
El amor, o la gozosa energía del universo (chi o ki) es la naturaleza (sat) de todas las cosas, que pasa a través de los cuerpos y los seres; cuando no es retenida, sino transmitida para que continúe en movimiento, nos permite experimentar el gozo (ananda).
Sat-chit-ananda: estos eran lo tres conceptos básicos que proponían los upanishads. Ser, consciencia y gozo, que son la finalidad de la vida. Existir, como una pulsión de un todo que es luz, energía universal en movimiento; ser conscientes
por medio del silencio interior, parando los movimientos de la mente
(útiles para la vida práctica, pero incapaces de hacernos comprender la
realidad, al separarnos de ella); por último, vivir la pulsión del gozo,
instalarse en ese estado emocional de alegría. Ser, ser conscientes y
gozar. Se le llama también ser felices.
La globalización nos ha traído la sabiduría oriental, como a ellos les ha llevado la tecnología occidental. La India puede aportar el yoga como forma de conocimiento; China proporciona su fluidez e integración con la naturaleza; Japón ofrece la inmediatez, el existencialismo y la elegante sencillez del zen para estar aquí y ahora. Todo ello se puede resumir así:
1) Estar aquí y ahora, abriéndose a las percepciones.
2) Cooperar con la naturaleza.
3) Armonizar contrarios
4) Afinar el cuerpo y detener los movimientos de la mente.
5) Postergar el ego a su nivel de invención cultural y convencional.
6) Ser, en lugar de tener.
7) Eliminar la culpa y la moral del esfuerzo, en favor de una relación erótica y placentera con el mundo.
8) Irradiar emociones amorosas.
La base de esta entrada al blog está extraída, parafraseando, cortando aquí y pegando allá, del libro de Luis Racionero: Ética para Alicia. (Ed. RBA). Más bibliografía:
- Alan Watts: El espíritu del zen.
- Daisetsu Teitaro Suzuki: El zen y la cultura japonesa.
- Kazuko Okakura: El libro del té.
- Carl Gustav Jung: Sincronicidad: un principio de relación no causal.
- Aleix Saló: Europesadilla.
- Judica Cordiglia: I Ching
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