Buenos días. Hoy, día 19 de febrero, estaré ausente del instituto por una actividad de mi tutoría. Como ya hemos terminado un tema, es un momento excelente para comenzar leyendo los apuntes del siguiente. Esa es la tarea que os encomiendo para el día de hoy. Mientras lees los apuntes, tendrás que contestar a las siguientes preguntas:
- ¿Por qué hablamos de "teatro isabelino" para referirnos al de la época se Shakespeare?
- ¿En qué fechas comienza y termina este periodo?
- ¿Qué religión se asocia a esos monarcas?
- ¿Qué países protagonizaron la expansión económica y cultural europea de entonces?
- ¿Que ocurría en España por esos años?
- ¿En qué artes se desarrolló Inglaterra? Cita a algunos de sus artistas principales.
- ¿Qué opinaban los renacentistas de la imitación y el plagio?
- ¿En qué se parecen y en qué se diferencian el Renacimiento y el Barroco?
- ¿Qué son los "teatros nacionales" del barroco? ¿Por qué se llaman así?
- ¿Cuáles son los países que contaron con un importante desarrollo del drama? ¿Qué diferencias y similitudes se dieron entre unos y otros? ¿A qué se debió esa diferenciación?
Sobre el autor y su contexto.
Introducción histórica.
El nombre de William Shakespeare va asociado al de la reina que gobernó Inglaterra en su tiempo: llamamos época isabelina al periodo de la historia inglesa que abarca el reinado de Isabel I, desde 1558 hasta 1603, y continúa hasta la muerte de Jacobo I en 1625. En este periodo Inglaterra vivió una fase intensa de desarrollo económico y cultural. La política religiosa de la reina Isabel I fue vista como la consolidación del anglicanismo y la subordinación de la Iglesia al poder monárquico.
Paralelamente, otros países europeos vivieron también momentos de cambio y, en muchos casos, de esplendor cultural y económico:
- En Europa se produjeron numerosas Reformas Protestantes que discutían la autoridad del papado y de la Iglesia Católica. Estas guerras religiosas provocaron la Guerra de los Treinta Años, que acabó con la supremacía de la Casa de los Habsburgo en Europa.
- En Oriente Próximo, el Imperio Otomano bajo Solimán el Magnífico alcanzó su máximo apogeo.
- Italia, con el manierismo, culminaba el Renacimiento: uno de los periodos de mayor riqueza artística de la Humanidad.
- En Holanda se funda en 1602 la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, cuyo éxito contribuyó al Siglo de Oro holandés.
- España vive los años más gloriosos de su historia con los llamados Siglos de Oro. Políticamente, con la conquista de los imperios Azteca e Inca, el Imperio Español extendió sus dominios desde la actual California hasta la punta de Chile, siendo el primer imperio en poseer dominios más allá de su continente.
Durante el reinado de Isabel I, Inglaterra reforzó su potencia de la flota militar y mercantil: gracias a la colaboración de corsarios como Sir Francis Drake, cartografió las colonias españolas, y acumuló grandes riquezas minando la hegemonía española, derrotando a la conocida como Armada Invencible en 1588.
El reinado de Isabel no sólo selló la aparición de Inglaterra como gran potencia en la escena europea, sino que estuvo caracterizado por un gran desarrollo cultural y civil, que ha pasado a la historia como "época isabelina". Tal florecimiento se dio en la literatura y principalmente en el teatro, sobre todo con William Shakespeare, Christopher Marlowe, Ben Jonson, John Webster o John Ford. Gran desarrollo tuvieron también la música (William Byrd, John Bull) y la arquitectura, influida por la cultura renacentista italiana y la flamenca.
Renacimiento y Barroco: evolución y contraste.
Hacia el siglo XIV comienzan a sentirse aires de renovación: revitalización paulatina de las ciudades, reapertura de las vías comerciales, innovaciones en todos los campos. El Renacimiento constituyó un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos XV y XVI. El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del Humanismo, que determinaron una nueva concepción del mundo y del ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política, la filosofía y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por el antropocentrismo.
En lo artístico, como en lo demás, se imita a los autores clásicos: sus temas, sus motivos, su estilo. Lejos de ser una tara, la imitación se toma como una virtud, considerando que el Arte ya había alcanzado sus cotas más altas durante aquel periodo. Los autores italianos a imitan a los latinos, y el resto de Europa copia a los italianos como a modelos insuperables. Se trata de un arte racional, optimista, que observa y reproduce la naturaleza, a la que no ve ya como fuente y ocasión de pecado sino como reflejo de la belleza divina.
El Barroco supuso una vuelta de tuerca con respecto a la mentalidad renacentista: sin renunciar a su idealismo y a sus premisas fundamentales, el choque entre el optimismo renacentista y una realidad cada vez más degradada hace del barroco un arte de contrastes: de claroscuros, de fuertes pasiones, de oposición entre lo más elevado y lo más ruin, incluso obsceno. Si para la sociedad estos contrastes fueron nefastos, y el cansancio, el pesimismo y la frustración fueron notas predominantes de este periodo, para el arte en cambio resultó una época de extraordinaria vitalidad y originalidad, como en el caso del drama español e inglés, con figuras como Lope y Shakespeare, o Cervantes en la novela.
Como vemos, el Barroco no se opone al Renacimiento, sino que nació de él, ampliando sus registros estéticos. El Renacimiento es un movimiento general (espiritual, social, artístico, etc.) mientras que el Barroco, etapa en la que no cambia sustancialmente la mentalidad, consiste en una evolución estética, artística, sobre los mismos postulados renacentistas. Por eso, aunque muchas de las ideas de aquel primer periodo no se respeten, sí son tenidas en cuenta en todo momento.
Los teatros nacionales de Inglaterra, España y Francia. Aristóteles y los académicos frente a la libertad: la tradición inglesa.
Durante la segunda mitad del siglo XVI, Europa vive el resurgir del teatro: a partir de formas poco evolucionadas de teatro popular y callejero, mezcladas con el drama eclesiástico de raíz medieval y con el teatro humanista, que imitaba, para un público cortesano, las comedias grecolatinas, brota una nueva forma de espectáculo absolutamente novedoso e inmensamente rico: los teatros nacionales de Inglaterra, Francia y España. Se trata de un fenómeno de amplia aceptación popular y enorme valor artístico y literario. En su formación intervienen tres factores importantes:
- un público heterogéneo y exigente que demanda espectáculos que entusiasmen.
- el conocimiento del teatro clásico grecolatino, que sirve de guía e inspiración para la creación de las nuevas obras.
- la intervención de autores originalísimos y de gran fuerza creadora: Lope de Vega, Calderón, Molière, Shakespeare.
En un principio, todos los autores europeos siguieron esquemas similares para concebir sus dramas: se trataba sencillamente de entretener al público con lo que a éste le agradara; pero pronto se discutió la necesidad de ofrecer obras de calidad, y para ello se contaba con el antecedente del teatro clásico grecolatino. Éste había sido descrito por Aristóteles en su Poética, en la que ofrecía una serie de pautas por las cuales se guiaba el teatro de su tiempo. La cuestión fue, para los autores del XVI, si aquellas pautas aristotélicas debían tomarse como preceptos de obligado cumplimiento.
Francia, en esa línea, se decantó por las formas clásicas y fundó un teatro destinado a las minorías aristocráticas; en España e Inglaterra, por el contrario, se rompieron las normas, obedeciéndose tan sólo a los gustos del público mayoritario.
De este modo, el teatro de cada país llegó a reflejar cómo era la sociedad que lo habitaba: si estudiamos las obras respectivas de cada uno, podremos conocer la mentalidad del público al que estaban destinadas. Es por eso que se llama "teatro nacional" al drama francés, inglés o español de este periodo.
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