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viernes, 25 de noviembre de 2011

El Príncipe


Reconoce el momento al que pertenece este fragmento y resúmelo:


Romeo mató a Tybal, éste mató a Mercucio: ¿quién pagará ahora el precio de esta sangre preciosa?

MONTAGÜE (670)

No Romeo, príncipe; él era el amigo de Mercucio. Toda su culpa es haber terminado lo que hubiera extinguido el ejecutor: la vida de Tybal.]

PRÍNCIPE

Y por esa culpa, le desterramos inmediatamente de Verona. Las consecuencias de vuestros odios me alcanzan (671) (672); mi sangre corro por causa de vuestras feroces discordias; pero yo os impondré tan fuerte condenación que a todos os haré arrepentir de mis quebrantos. No daré oídos a defensas ni a disculpas; ni lágrimas, ni ruegos alcanzaran gracia (673); [excusadlos pues. Que Romeo se apresure a salir de aquí, o la hora en que se le halle será su última.] Llevaos ese cadáver y esperad mis órdenes. La clemencia que perdona al que mata, asesina.

(Vanse todos.)


Lee ahora este artículo y, relacionando ambos textos, comenta el tema.

4 comentarios:

  1. Leonor Guerra González27 de noviembre de 2011, 13:36

    Realmente, no exite tanta diferencia entre la sociedad en la que se desarrolla la historia de Romeo y Julieta y la actual porque en ambos casos,los culpables por un asesinato no pagan la pena que deberían. Romeo gracias a la clemencia del Príncipe no es ajusticiado y, lo mismo ocurre hoy en día ya que asesinos y violadores, por buena conducta en la carcel y los trabajos realizados para la comunidad, no cumplen la pena que les fue impuesta por lo que quedan libres y pueden volver a reincidir.
    Por eso, personas que ven como los culpables por la muerte de sus hijos quedan impunes por sus crímenes, no pueden sentirse identificados ni con la justicia ni con un partido político, que es quien establece las leyes del Estado.

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  2. El poder que tiene el príncipe en la obra es un poder mayor al actual.El príncipe decidía por si mismo,"lo que el príncipe quisiera es lo que se hacia"El príncipe también se dejaba influir por dichas familias, en este caso la familia por una parte de Romero y otra la familia de Julieta.La familia que tuviera mas poder tendría una opción mas positiva por parte del príncipe.
    En la actualidad a habido bastantes cambios con esa época, ahora en la actualidad el rey o príncipe no entra en casos como esto.Actualmente el que decide es un juez, que el cual mediantes aportaciones de los dos casos el opina y le da la razón al que se la merezca.
    Yo creo que lo que se esta haciendo actualmente es mucho mejor.En el caso de Shaskespeare lo veo todo como si se hicieran a la ligera, y nada mas vale su palabra.Si ahora ocurriera en la actualidad este caso no quedaría como antes, pero bueno, "antes era antes y ahora es ahora y ya no se puede hacer nada"

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  3. En el caso del príncipe, como se comentó en clase, Shakespeare trata sencillamente de mostrar la figura de un gobernante sabio y justo, incluso benévolo hasta cierto punto. Y más le valía al autor retratarlo de esa forma si quería contar con la protección de los monarcas ingleses. Hasta esa época el carácter de los soberanos en las obras literarias solía corresponder por lo general a ese estereotipo, razón por la que en muchas ocasiones tenían un papel de mediador, como bien sabemos. Pero es quizás por aquel entonces cuando los monarcas (y muchos otros personajes de elevado estatus) comienzan a dejar de ser representados de forma tan “estupenda”, con casos como el del coetáneo de Shakespeare, Cervantes, que con El Quijote rompió todos los esquemas de ese estilo vigentes hasta el momento e incluso causó una auténtica crisis en el género de caballerías. Hoy, en cambio, la opinión sobre nuestros gobernantes es muy variada, llegando a haber críticas realmente duras. Es más, si un dirigente no es querido por su pueblo normalmente acaba siendo sustituido, por las buenas o por las malas. Eso sería impensable para Shakespeare. Ahora no nos gusta un partido, un presidente o el sistema político en general y lo expresamos sin más porque somos conscientes de nuestra libertad para ello. Hemos ganado libertad hasta para decidir quién nos gobierna. Y, en mi opinión, en eso ha tenido mucho que ver la literatura y también otro tipo de escritos. En el caso de Romeo y Julieta puede ser que no se note tanto por las razones que se han explicado, pero ya se empieza a ver el deseo de los enamorados de ser felices y estar juntos sin hacer caso a sus respectivas familias ni a lo que pueda decir el resto. La cuestión es intentar vivir como nos gustaría o, al menos, dar cuenta de las condiciones en las que vive una sociedad para lograr lo deseado, que es lo que hizo en parte Cervantes burlándose de individuos tradicionalmente respetables y presentando la verdadera sociedad al lector. Y seguramente gracias a eso, a las creaciones que desde finales de la Edad Media (Libro de Buen Amor), el Renacimiento (La Celestina, Lazarillo de Tormes) hasta hoy han constituido auténticas bombas para hacer despertar a la sociedad, podemos gozar de libertad para expresarnos y opinar sobre los gobernantes y mucho más. Y si no, como ya comenté alguna vez, ¿por qué instituciones como la Inquisición han estado pues intentando censurar ese tipo de obras?

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  4. Marta Cuevas Caballero30 de noviembre de 2011, 9:01

    Lo cierto es que la primera vez que vi la película de Zeffirelli (hace ya dos navidades) no podía evitar la sensación de que algo no me cuadraba con respecto al personaje del príncipe de Verona. Ese aura de grandeza, de noble gravedad, de anacrónica magnanimidad. Creo que esa es la palabra, anacrónica. Y me he dado cuenta cuando hemos estudiado la teoría sobre Shakespeare. Obviamente, nuestro dramaturgo no iba a ser financiado por personas poderosas que vieran que en sus obras se ridiculizaba o se criticaba la autoridad, de modo que transformó sus representaciones teatrales al mismo tiempo en propaganda política y en una leve (o quizá no tanto) adulación para asegurarse el apoyo económico que necesitaba. Sencillo e ingenioso. Después de todo, considerándolo fríamente, si Capuleto y Montesco se odiaban tanto que hasta sus criados organizaban pullas y reyertas en las calles de Verona, ¿por qué el ostentador del poder supremo sobre ellos iba a ser distinto? En este contraste tan evidente entre los comportamientos de los nobles y del príncipe es donde puede apreciarse el método usado por Shakespeare.
    Dicen que el gobierno que tenemos ahora en España no se preocupa por el país, y que los partidos actuales no buscan más que la propaganda política y el enriquecimiento propio. Nunca me he interesado realmente por la política, así que aun a riesgo de que alguien me considere una insensata, por mi ignorancia en estos temas me voy a permitir el lujo de mantener una opinión imparcial (aunque con cierta reserva). Repito, por mi ignorancia, no porque considere que la acusación de que los políticos piensan sólo en su beneficio es algo que está fuera de lugar. De hecho, el otro día yo comentaba eso de que el PP, de inclinaciones más conservadoras, quiera poner 3º de Bachilllerato en los institutos, al igual que lo tienen ya muchos de los países vanguardistas europeos, con un compañero que me dijo (y en eso estoy de acuerdo con él) que resulta evidente que así están yendo incluso en contra de su propia ideología e inclinaciones. ¿Afán de enriquecimiento? Ahí ya no sé dónde puede haberlo, pero no se puede negar que es algo chocante.

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