A
continuación leeremos una de las historias bíblicas más famosas: la del
rey David y su enfrentamiento con Goliat. Cuando la leas contesta a las
preguntas y realiza los ejercicios.
David y Goliat
El
reino de Israel, gobernado por Saúl, estaba en guerra con los
filisteos. Estos contaban entre sus filas con un gigante llamado
Goliat, un hombre de estatura descomunal cuya armadura pesaba
aproximadamente cincuenta y cinco kilos.
Confiado
en su gran fortaleza física, Goliat desafió, durante cuarenta días, a
los ejércitos de Israel para que buscasen un guerrero capaz de
enfrentarse con él, de modo que la lucha de ambos decidiría la suerte de
la guerra: el pueblo vencido sería esclavo del ganador.
Un
día, el joven pastor David fue enviado por su padre para visitar a sus
hermanos, que estaban en el campamento; David debía llevarles alimentos
e informarse de su condición. Por casualidad, David escucha el
desafío de Goliat y se ofrece, delante del rey Saúl, como voluntario
para hacer frente al gigante.
El
joven es vestido con la armadura del mismo Saúl, pero, al no estar
acostumbrado a utilizar armadura, decide deshacerse de ella y se dirige
al campo de batalla con su honda y su cayado. Junto a un arroyo recoge
cinco piedras para armar su honda.
Goliat
se burla de David, ya que apenas es un niño, pero, una vez trabada la
pelea, David, que, como todo pastor, era muy diestro en el manejo de la
honda (con la que solía defender a sus rebaños de los ataques de osos y
leones) consigue vencer a su enemigo lanzando una piedra
que impacta en la frente del gigante. Éste cae y David corre hacia él.
Cuando lo encuentra sin sentido, le corta la cabeza con su propia
espada.
A. PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN.
1. Di si estas afirmaciones son verdaderas o falsas y explica por qué:
- Los dos pueblos en guerra eran los filibusteros y los palestinos.
- Goliat pesaba unos cincuenta y cinco kilos.
- El enemigo de los israelitas desafió a este pueblo durante cuarenta días.
2. ¿En qué consistía el desafío de Goliat?
3. ¿Con qué armas contaba David?
4. Completa las frases:
- David sabía manejar muy bien la honda porque...
- Cuando el vencedor abatió a su enemigo...
B. EJERCICIOS.
1.
Muchas veces, para no repetir las cosas, unimos dos frases en una;
pero, para entender bien lo que se dice utilizamos las comas. Fíjate en
los ejemplos:
>El reino de Israel estaba gobernado por Saúl.
>El reino de Israel estaba en guerra con los filisteos.
- El reino de Israel, gobernado por Saúl, estaba en guerra con los filisteos.
>El joven no estaba acostumbrado a utilizar armadura.
>El joven decide deshacerse de la armadura.
- El joven, al no estar acostumbrado a utilizar armadura, decide deshacerse de ella.
>David era como todos los pastores.
>David era muy diestro en el manejo de la honda.
- David, como todo pastor, era muy diestro en el manejo de la honda.
Ahora, haz tú lo mismo con estas oraciones:
- La piedra fue lanzada por la mano del hábil pastor.
- La piedra impactó en la frente del gigante.
- Goliat confiaba en su gran fortaleza física
- Goliat desafió a los ejércitos de Israel
- David fue enviado al campamento a visitar a sus hermanos.
- David escuchó por casualidad el desafío de Goliat.
2. A veces, para unir las frases, utilizamos algunas palabras que sirven de unión, de "nexo":
>David fue enviado a visitar a sus hermanos.
>Sus hermanos estaban en el campamento.
- David fue enviado a visitar a sus hermanos, que estaban en el campamento.
Estas palabras se llaman "pronombres relativos", y pueden ser:
- Que; el cual, las cual, los cuales...; cuyo.
El
pronombre QUE es el más sencillo, pero a veces preferimos cambiarlo por
EL CUAL (y sus variantes en femenino y plural), como en el ejemplo:
- David fue enviado a visitar a sus hermanos, los cuales estaban en el campamento.
Realiza tú ahora el mismo cambio en estas oraciones:
- David, que oyó el desafío de Goliat, se atrevió a aceptarlo.
- Su honda, que estaba hecha de madera de castaño, apenas pesaba.
- A David le pusieron la armadura de Saúl, que había sido rey de los judíos durante muchos años.
- David acabó siendo rey de los filisteos, que aceptaron la derrota y el pacto que habían hecho.